miércoles, 22 de agosto de 2007

"TRES, YA SON UNA MULTITUD"



Ya saben todos mis lectores, si es que hay alguien que reincida después de haber leído mis anteriores artículos, bueno, algunos sí que hay por ahí, para ellos mi eterno agradecimiento y para los posibles nuevos visitantes, además de mi gratitud, les envío un saludo de bienvenida, que de vez en cuando no está de más recordarles, ya saben el refrán: “De bien nacidos es ser agradecidos”.

Decía yo, al principio, que mis lectores ya saben que este blog pretende ser amable y más o menos divertido (espero conseguirlo, por lo menos alguna vez), que se alimenta de noticias alegres o raras, o, incluso tontas o locas; por esa razón no hablo nunca de acontecimientos tan terribles, tremendos y horrosos como se dan en el mundo, bien sean obra de la mano del hombre o de la propia naturaleza, eso queda para la prensa seria y de verdad y para los periodistas que son los que saben y deben informar de esas cosas. Lo cual no es óbice para que yo, como ser humano, no sienta la tristeza y la misma pena ante las desgracias ajenas, por ello vaya mi solidaridad y mi recuerdo para todos los que han perdido vidas, enseres e ilusiones ante los recientes acontecimientos, y ante todos los que estén por venir.

Ahora, retomando ya el espíritu del blog, quiero comentar una preciosa noticia que oí el otro día: En España un matrimonio tuvo trillizos, de forma natural, sin ningún tratamiento de fertilidad ni nada parecido. La noticia no es extraordinaria, por supuesto, ya que se han dado casos de hasta seis o siete niños nacidos en el mismo parto, aunque sí preciosa porque el nacimiento de una nueva vida siempre lo es. Pero la polémica saltó cuando en la tele sus orgullosos padres, que no es para menos, aunque yo estaría más apabullada que otra cosa, anunciaron que eran idénticos, exactamente iguales, y que hasta tenían las mismas huellas dactilares, que era imposible distinguirlos y por eso les habían tenido que colocar una pulserita de un color determinado a cada uno para poder saber quien es quien.

Una servidora oye todo esto y, al margen de que los peques son una ricura y todo eso, se queda pensando en lo de las huellas dactilares pues no le cuadra, vamos, que resulta muy raro, eso sí que es excepcional, aunque visto lo visto y al haberlo oído decir al presentador en el telediario, pues una le da cierto crédito. Pero parece ser que no, que luego rectificaron, que las huellas pueden ser muy similares a simple vista pero que no son exactas, ya que eso es imposible.

Hasta ahí la noticia, pero yo, que cuando la imaginación se me desata no hay quien la haga entrar en razón, pues ya me puse a elucubrar, y me digo: ahora son bebés y no hay problema con las pulseritas, pero si siguen siendo idénticos, ¿qué pasará cuando se las puedan intercambiar? ¡Andaaaa, que no pueden hacer gamberradas ni nada, en el colegio y en el Instituto!, intercambiándose en exámenes, por ejemplo, y con las amigas y novias, ¡uhhhh, como salgan bromistas!, dos gemelos pueden armar muchos líos, pero tres, a ver quién es el listo que los puede controlar y saber a ciencia cierta quien es cada cual todo el tiempo. Vaya paciencia y astucia que van a tener que desarrollar padres y profesores y aún así…

Yo recuerdo que de pequeña mi ilusión era tener una hermana gemela, ya sé que muchos niños se inventan el amigo invisible, pero yo lo que quería era una exacta a mí, precisamente para eso, para poder hacer travesuras y confundir al personal, pero claro era imposible, así que cuando mi hermana mayor me decía para hacerme de rabiar que a mí me habían encontrado en un carro de gitanos y otras lindezas parecidas, pues yo secretamente fantaseaba, y me decía que si eso fuera cierto, al menos podría existir una posibilidad de que sí pudiera tener una gemela y que a lo mejor algún día me la tropezaría así de casualidad.

Ya ven ustedes que a todo se le puede dar la vuelta y hallar optimismo donde aparentemente no lo hay, o quizá era una forma de autoconsuelo por si aquello fuera verdad, de todas formas bombardeaba a mi madre a preguntas sobre mi nacimiento para cerciorarme de donde había venido yo, la idea del carro de gitanos no me gustaba mucho, aunque me quedara sin gemela. Así estuve una temporada, hasta que me convencí que de aparecer así por arte de birli birloque nada de nada, que vine de París como todos los niños de la época, al menos en aquel tiempo, así que me olvidé del asunto. Y ahora, resulta que por una noticia de la actualidad, fíjense ustedes a donde me he remontado yo.

En fin, que me ha salido el artículo un poco raro y pelín nostálgico, y tal vez hoy sean ustedes los que me tengan que decir a mí:

¡Ay, señor... a veces … Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

viernes, 17 de agosto de 2007

"CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO"

A veces hay noticias raras, casi siempre hay noticias tristes, tremendas, horribles y trágicas. Pero otras veces hay noticias injustas, y que además no tienen mucho sentido, por lo menos en apariencia.

Cuando se traslada a un cura de parroquia puede haber muchos motivos, pero cuando todo el pueblo reclama a voces la vuelta de ese sacerdote, hasta el extremo, de que hay personas dispuestas a ponerse en huelga de hambre para que regrese, digo yo, que por algo será que lo quieren tanto, y cuando los motivos son, al parecer, que iba un poco por libre y que se llevaba mal con las monjas del Convento y que éstas influyeron para que sus superiores decidieran el traslado. Pues a mí la verdad es que me parece una noticia muy injusta.

Y me recuerda otra que hace poco también salía a la palestra: En Madrid, las autoridades eclesiásticas quieren o querían, al menos, cerrar una iglesia y evidentemente “trasladar” también al cura, esta vez, no por culpa de las monjas sino porque el sacerdote usaba el templo como refugio de los pobres, vagabundos y drogadictos, etc; es decir, querían echarlo, prescindir de él porque estaba haciendo una labor social, porque anteponía las necesidades de los más necesitados –valga la redundancia- a las “necesidades” de la parroquia.

Yo, llegada a este punto me detengo a pensar, porque es para pensarlo detenidamente, y me viene a la cabeza aquella famosa frase de Don Quijote: “Con la iglesia hemos topado”, que ya ha llovido mucho, muchísimo desde entonces, sin embargo parece que se ha detenido el tiempo para algunas instituciones.

Y si no, díganme ustedes, y enlazo aquí otra noticia más, aunque ésta no sé si calificarla como absurda, frívola, mundana…, al menos las razones que dan para ello. Ahora resulta que se va a volver a dar la misa en latín, no obligan a nadie por supuesto, sólo autorizan desde las altas esferas a obispos y arzobispos para que, si lo creen oportuno, oficien la misa en latín, y claro siempre que los fieles estén de acuerdo y “lo pidan” y digo yo, ¿contará aquí la opinión de los feligreses? Porque para trasladar a los sacerdotes que “no interesan” está claro que no les importa en absoluto la opinión del pueblo.

Si a todo esto añadimos que hace poquito nos “han resucitado” otra vez el infierno, pues, no sé a ustedes, pero a mí me empieza a dar “yuyu” ya la cosa, ¿vamos hacia delante o hacia atrás? Alegan en Roma que es para contrarrestar el fanatismo de otras religiones y que por eso quieren volver a los viejos ritos, yo creo que con estas posturas más que contrarrestar nos estamos equiparando a ellos. Y me pregunto si todo eso incluirá también que el oficiante esté de espaldas, vamos, a este paso las mujeres tendrán que volver a ponerse velo o pañuelo en la cabeza y chaqueta para tapar los brazos y qué decir de las minifaldas… Ustedes dirán que soy una exagerada, pero es que, o mucho se aburren en Roma o yo no entiendo muy bien todo este retroceso que estamos viviendo.

No estarían mejor ocupándose de otras cuestiones mucho más importantes y más acordes con lo que de verdad debería ser su ministerio, como lo de dar de comer al hambriento -pongo por caso-, que hay muchos por el mundo y la Iglesia atesora y colecciona obras de arte a puñados, yo no digo que vendan la Capilla Sixtina ni nada parecido, pero con un simple cuadro de tantísimos como poseen seguro que podrían construir muchas escuelas, muchos pozos de agua, muchos pequeños hospitales etc, sin embargo se preocupan de cosas tan baladíes como atemorizarnos a estas alturas con el infierno o pregonar a bombo y platillo que ya no hay limbo.

En fin, yo creo que si volviera Jesucristo a la Tierra y viera como está todo el panorama volvería a entrar en el “Gran Templo” y no dejaría, otra vez, títere con cabeza.

Bueno, ustedes me perdonarán que esta vez me haya puesto tan seria en mis comentarios, pero es que, y hoy lo voy a decir bien alto:

¡Ay, Señor… lo que hay que oír…!

Emma Rosa

sábado, 11 de agosto de 2007

FICCIÓN Y REALIDAD ¿DOS "ALMAS" GEMELAS?



Dicen que a veces la realidad supera a la ficción. Y una no se lo termina de creer porque hay cosas, hechos, acontecimientos, que no se conciben en la vida real.

Porque “eso” sólo pasa en las películas o en los libros, pensamos o creemos, hasta que la realidad te da un par de cachetitos en la cara y te dice: “Mírame, soy yo, no soy un cuento inventado por nadie”, y, entonces, una se dice que es verdad, que sí, que pasan cosas extraordinarias, para bien o para mal, en este mundo nuestro de cada día.

Y ahora ustedes dirán, todo eso está muy bien, pero a qué se refiere esta señora.

Pues verán, hace tiempo vi un capítulo de los Simpson en el que se descubría que Homer tenía medio lapicero incrustado dentro del cerebro, al parecer se lo había introducido de pequeño por la nariz, y suponiendo que eso le afectaba a su inteligencia le operaron y se lo sacaron; de golpe y porrazo se volvió un “padre normal”, pero como aquello era muy aburrido se lo volvió a introducir para volver a ser como siempre.

¡Ay!, no piensen ustedes que me estoy volviendo tonta, contándoles ahora un capítulo de una serie de dibujos; que sí, que ya sabemos que los guionistas tienen una imaginación desbordante.

Hasta aquí la ficción, ahora hablemos de la realidad y el por qué les he contado esta historia.

Hace un par de días dieron una noticia de esas insólitas, de esas que te parecen imposibles: Un señor que llevaba media vida con dolores de cabeza frecuentes, migrañas terribles y varios males a cuestas, resulta que le descubren, no sé si por una radiografía o un escaner, que tiene incrustado dentro del cerebro… ¿lo adivinan ustedes?, pues sí, un lápiz, no entero eh, al parecer son dos trozos, uno más grande que otro; lo operaron y le extirparon el más grande, el pequeñito se lo dejaron porque tenían miedo de dañarle ellos más que el “inquilino”, que se había instalado allí desde hacía tanto tiempo que cualquiera se atrevía ahora a sacarlo.

¿Qué me dicen ahora de la similitud de las historias? Los médicos esperan que a partir de ahora el sufrido señor mejorará de sus males. Yo no sé como andaría el buen hombre de inteligencia, pero me pregunto si ahora se volverá más o menos listo que antes. Vaya, qué tontería acabo de decir, seguro que esto no tiene nada que ver con el asunto, pero es que una no puede evitar asociar las dos historias, y preguntarse, si a veces la realidad y la ficción no serán como dos almas gemelas caminando juntas de la mano.

Ah, la cosa no quedó aquí, el presentador siguió contando, que a otra señora muy mayor, le habían extirpado una bala de dentro de la cabeza, al parecer de los tiempos de no sé guerra…

Yo recuerdo, y esto también es real, que un primo mío de pequeño se había metido por los oídos trocitos de goma de borrar y luego por su cuenta intentó sacarlos con cerillas, vamos, que montó un “cacao” impreionante, y menos mal que lo confesó a sus padres que lo llevaron corriendo al médico, porque empezó a decir que cada vez que movía la cabeza sentía ruidos extraños dentro.

En fin, que a partir de ahora, cuando escuche decir a alguien la famosa frasecita de tener bien amueblada la cabeza, le contestaré sencillamente: ¡Quite, quite!, yo con tener sesos, huesos, venas y todo eso me conformo, lo normal vaya, los muebles y demás enseres domésticos déjelos usted en su sitio, no vaya a ser que luego tenga que volver a contarles alguna extraña historia referente a mi persona y entonces sean ustedes los que me digan a mí…¡Ay, señor… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

lunes, 6 de agosto de 2007

DICEN QUE NO ES NORMAL...

El verano sigue avanzando y hace calor, y todo el mundo se queja “porque hace demasiado calor” y dicen que no es normal. Hace muy poco, un par de semanas, hubo unos días que llovió y estaba el tiempo fresquito y la gente se quejaba por la calle y decía que eso no era normal.

Y yo, cada vez que salgo a la compra o similar, la expresión que más oigo es: “No es normal”. Y me pregunto ¿qué es lo que no es normal?, porque en verano, al menos en mi tierra, Asturias patria querida, desde que yo recuerdo, durante los veranos se alternaban los días de lluvia fresquitos y los de calor bastante asfixiante y la gente lo tenía asumido, pero ahora es que protestamos absolutamente por todo, porque si en invierno nieva mucho no es normal que nieve tanto, y si no nieva en absoluto no es normal porque se supone que tiene que nevar.

El caso es quejarse, ¿verdad? A mí, a veces, cuando escucho decir la dichosa frase ya no sé si reírme o simplemente replicar: Mire usted lo que no es normal es que todo nos parezca anormal.

Que está empezando a haber un cambio climático, dicen los expertos, que el Planeta se está recalentando, que la famosa capa de Ozono (todos hablan de ella pero yo no sé si esos todos saben de lo que hablan) por lo visto está desapareciendo o alterándose, y etc, etc; bueno, yo todo eso no lo discuto, pero de momento el verano sigue siendo verano y el invierno, invierno, más o menos típicos, clásicos o… lo mismo da como los califiquemos, yo, mientras no vea que se pone a nevar en julio o en agosto o que en Diciembre o Enero me ase de calor, pensaré que la situación es de lo más normal y que la frasecita se puso de moda y, ahora, desde que se han acabado los reality shows en la tele, pues ya no se tiene de qué hablar y ya se sabe que en esos casos uno acaba hablando del tiempo.

Ahora dirán ustedes que yo estoy hablando del tiempo porque no tengo otra cosa a mano o porque se me han agotado las ideas. Pues no, señores, sí que la tengo. Y hablando de realitys, quería comentar yo sobre Gran Hermano, pero no el de la tele, no, que ese ya está muy pasado, sino sobre un “Gran Hermano” actual y tremendo, tiene nombre propio y apellido: Bush, George Bush, ¿les suena, verdad? Pues ahora resulta que por lo visto este “señor” ha conseguido que el Congreso apruebe un proyecto de ley que permita a las agencias de espionaje espiar, valga la redundancia, todo lo que se les antoje, sin necesidad de una orden judicial.

Vamos, algo así como una patente de corso para hacer-ver-oír lo que les de la realísima gana, y a quién les apetezca. Supongo que antes ya lo hacían, pero al menos los ciudadanos tendrían, digo yo, un sitio a donden ir a protestar de que aquello era ilegal, pero ahora, so pretexto de las amenazas terroristas, pues ¡hale, a espiar libremente que la ley me ampara! Es decir, que si un norteamericano tiene algún pariente o se relaciona con alguien de algún país conflictivo, pues seguro que saben hasta cuando va ese ciudano al water (con perdón). Y es muy posible que con los adelantos que hay ahora, no solo te pinchen el teléfono, que eso ya está muy anticuado, o que te sigan todos los pasos con los satélites que nos adornan los cielos, sino también que los televisores traigan instalado por ahí adentro una camarita que te grabe hasta en tu intimidad para ver quien entra y quien sale de tu casa ¿se acuerdan de la película de Orwel “1984”? Sí, de ahí salió la idea del Gran Hermano, recuerdo que a mí se me pusieron los pelos de punta de solo pensarlo y ahora ya casi, o sin casi, lo tenemos aquí. Si es que lo que antes era ciencia ficción poco a poco se va convirtiendo en realidad, acuérdense de Julio Verne y su submarino y el viaje a la luna y tantos otros inventos que un día parecieron sueños imposibles y ahora ya están desfasados.

A este paso también se quedará desfasada la intimidad, la privacidad, la libertad… y esto sí que no es normal, como tampoco es normal…Lo que a veces… Hay que oír…

Emma Rosa