domingo, 30 de marzo de 2008

EL TERCER SEXO



Una servidora que ya lleva muchos años pisando por el mundo y tratando de que no la pisen a ella, pues a veces se piensa que ya está acostumbrada a todo tipo de noticias y que ya nada o casi nada la va a sorprender, por eso cuando esto sucede, una, o sea yo, me llevo una alegría inmensa. Algunos de ustedes pensarán que eso es una estupidez, pues no señor, no es ninguna tontería, a mí me gusta que me sorprendan, con cosas buenas, claro, y espero que la vida siga sorprendiéndome por muchísimos años más, y ustedes que lo vean.

La noticia en cuestión es de sobra conocida porque salió en todos los medios, pero yo no quiero dejar de comentarla. Se trata de algo que parecía hasta ahora imposible y, sin embargo, ahí está: “Un hombre embarazado”. Lo primero que pensé es que era un truco o algo parecido pero no, resulta que es del todo real.

Bueno, maticemos, el hombre está embarazadísimo, sí, pero no es un hombre, ¡ay, qué lío!, me refiero a que esa persona no nació hombre sino mujer, luego se operó y se convirtió en ¿varón?, pero por lo visto conservó todos sus órganos reproductores, por eso ha podido quedarse en cinta por inseminación artificial.

Los motivos son relativamente lógicos, es decir, su mujer no podía tener hijos y él decidió intentarlo a ver qué pasaba, y así se embarcó en una aventura cuyo fin conoceremos dentro de unos meses. Ojalá que todo termine bien porque el valor que le echó esta pareja al asunto es como para quitarse el sombrero, porque bien es verdad que en su círculo de familia, amigos, vecinos, etc, habrá quien les aplauda, pero también y, posiblemente, serán los más, quien les rechace o se burle, y hasta quien se ofenda.

Ahora yo me pregunto: si esta persona por dentro aún es mujer, con capacidad para gestar a una criatura, pero por fuera es hombre con todos sus atributos masculinos, ¿cómo se puede definir?, ¿es hombre o es mujer? O, acaso, habría que designar-inventar un nombre especial.

Quizá toda esta historia que parece un poco surrealista, de novela de Huxley, ¿se acuerdan ustedes de Un mundo feliz?, quizá, repito, no sea tan disparatada.

Todo, cualquier descubrimiento científico o cualquier experimento tiene un principio y, éste, ¿por qué no?, podría ser un primer paso que puede llevar a la Humanidad por caminos insospechados.

¿Qué sucedería si viendo los resultados de “esta locura” más personas en el mundo decidieran vivir la misma experiencia?

En este caso estamos hablando de un norteamericano, sí, pero en nuestra propia sociedad española, y en muchas otras, cada vez son más las personas que sueñan con cambiarse de sexo; ahora ya saben que gracias a la ciencia pueden transformarse físicamente pero que a la vez pueden conservar su primitiva esencia para poder disfrutar del placer de la maternidad en su propio cuerpo.

Y, a mí, que me gusta rizar el rizo y echar a volar la imaginación, pues pienso y me digo, que ya está comprobado que una mujer puede seguir siéndolo interiormente a todos los efectos a pesar de ser exteriormente un hombre. Pero ahora expongamos el caso contrario: Un hombre que quiere transformarse en mujer. Bien, ya sabemos que eso es totalmente factible, pero, y si ese hombre quisiera conservar sus órganos reproductores internos ¿podría llegar a ser padre realmente aunque tuviera apariencia femenina? Y, si a este hombre que quiere ser mujer pero que sabe que nunca podrá ser madre biológica pudiera transplantársele, o mejor dicho, implantársele un aparato reproductor femenino ¿qué sería entonces? ¿Hombre o mujer, o ninguna de las dos cosas?

Quizá entonces tendríamos que inventar un tercer sexo para la raza humana. Puede parecer una locura, pero con el tiempo se han ido haciendo realidad tantas cosas que parecían imposibles y que sólo tenían cabida en las mentes de los escritores de ciencia ficción que una servidora, aunque se sorprenda gratamente con este tipo de noticias las toma también como algo natural, implícito en la época en que vivimos.

Porque, y corríjanme si me equivoco, cada vez estamos más cerca de aquel Mundo Feliz del que tan magistralmente nos habló Huxley. ¿O no?


Emma Rosa Rodríguez


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, creo que eres emmarosa, me ha sorprendido tu amplitud de miras, en otros blogs me he ofendido mucho con las opiniones que dejaban los comentaristas. Aquí no es el caso porque lo que dices no es para rebatir, sino que expones una suposición. Si lo que especulas puede llegar a ser cierto, se alteraría algo fundamental en la psique del hombre, cambiaría todo tanto, que sería cierto eso de que el hombre se reinventaría a sí mismo, llegaría a ser su propio hacedor. Pero hay un extremo que falla. ¿ Quieres que te lo diga ? Soy Isabel