sábado, 11 de agosto de 2007

FICCIÓN Y REALIDAD ¿DOS "ALMAS" GEMELAS?



Dicen que a veces la realidad supera a la ficción. Y una no se lo termina de creer porque hay cosas, hechos, acontecimientos, que no se conciben en la vida real.

Porque “eso” sólo pasa en las películas o en los libros, pensamos o creemos, hasta que la realidad te da un par de cachetitos en la cara y te dice: “Mírame, soy yo, no soy un cuento inventado por nadie”, y, entonces, una se dice que es verdad, que sí, que pasan cosas extraordinarias, para bien o para mal, en este mundo nuestro de cada día.

Y ahora ustedes dirán, todo eso está muy bien, pero a qué se refiere esta señora.

Pues verán, hace tiempo vi un capítulo de los Simpson en el que se descubría que Homer tenía medio lapicero incrustado dentro del cerebro, al parecer se lo había introducido de pequeño por la nariz, y suponiendo que eso le afectaba a su inteligencia le operaron y se lo sacaron; de golpe y porrazo se volvió un “padre normal”, pero como aquello era muy aburrido se lo volvió a introducir para volver a ser como siempre.

¡Ay!, no piensen ustedes que me estoy volviendo tonta, contándoles ahora un capítulo de una serie de dibujos; que sí, que ya sabemos que los guionistas tienen una imaginación desbordante.

Hasta aquí la ficción, ahora hablemos de la realidad y el por qué les he contado esta historia.

Hace un par de días dieron una noticia de esas insólitas, de esas que te parecen imposibles: Un señor que llevaba media vida con dolores de cabeza frecuentes, migrañas terribles y varios males a cuestas, resulta que le descubren, no sé si por una radiografía o un escaner, que tiene incrustado dentro del cerebro… ¿lo adivinan ustedes?, pues sí, un lápiz, no entero eh, al parecer son dos trozos, uno más grande que otro; lo operaron y le extirparon el más grande, el pequeñito se lo dejaron porque tenían miedo de dañarle ellos más que el “inquilino”, que se había instalado allí desde hacía tanto tiempo que cualquiera se atrevía ahora a sacarlo.

¿Qué me dicen ahora de la similitud de las historias? Los médicos esperan que a partir de ahora el sufrido señor mejorará de sus males. Yo no sé como andaría el buen hombre de inteligencia, pero me pregunto si ahora se volverá más o menos listo que antes. Vaya, qué tontería acabo de decir, seguro que esto no tiene nada que ver con el asunto, pero es que una no puede evitar asociar las dos historias, y preguntarse, si a veces la realidad y la ficción no serán como dos almas gemelas caminando juntas de la mano.

Ah, la cosa no quedó aquí, el presentador siguió contando, que a otra señora muy mayor, le habían extirpado una bala de dentro de la cabeza, al parecer de los tiempos de no sé guerra…

Yo recuerdo, y esto también es real, que un primo mío de pequeño se había metido por los oídos trocitos de goma de borrar y luego por su cuenta intentó sacarlos con cerillas, vamos, que montó un “cacao” impreionante, y menos mal que lo confesó a sus padres que lo llevaron corriendo al médico, porque empezó a decir que cada vez que movía la cabeza sentía ruidos extraños dentro.

En fin, que a partir de ahora, cuando escuche decir a alguien la famosa frasecita de tener bien amueblada la cabeza, le contestaré sencillamente: ¡Quite, quite!, yo con tener sesos, huesos, venas y todo eso me conformo, lo normal vaya, los muebles y demás enseres domésticos déjelos usted en su sitio, no vaya a ser que luego tenga que volver a contarles alguna extraña historia referente a mi persona y entonces sean ustedes los que me digan a mí…¡Ay, señor… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien tu historia , Emma, si te contara lo que le pasó a una prima mía con una judía que se metió por la nariz...???
Abrazos
lola

ç

Anónimo dijo...

Desde Málaga te envio un saludo. Ya sabes: soy una seguidora de tus textos, y no quiero perderme ninguno.

Anónimo dijo...

felicidades por su blog, será otro más que sumar a los que leo habitualmente, constructivo e informativo. felicidades.
a mí de pequeño me ocurrió algo parecido con un imán del tamaño de un dado de parchís, lo tenía dentro de la boca y de buenas a primeras me lo tragué. recuerdo cómo de angustiado le pregunté a mi madre: "¿¡ Y ahora me muero!?", y la risa de mi madre me tranquilizó un poquito.
Un saludo.

CATI COBAS dijo...

Muy bueno, Emma. Unsaludo desde Argentina. Cati

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu blog lo seguiré leyendo y recomendando Un saludo Alvaro Morales

Virginia dijo...

Pues, yo creo que si que, sin duda, la realidad supera la ficción, además de dónde nos vienen las ideas o la inspiración, casi siempre de alguna realidad vivida. Y me pregunto si seré la 1000, o la 1001, bueno da igual que esto vaya marchando es lo que hace falta, para eso no hay mas que currarselo. Un abrazo. Virginia

Alena. Collar dijo...

Me agrada mucho ver la buena marcha de este blog.
Lo merece sin duda. Y espero que su autora escriba más seguidito en él, porque muchos leales venimos cada dos o tres días en busca de eso que "hay que oir"...