domingo, 3 de febrero de 2008

PREDICAR CON EL EJEMPLO

Empezaré este artículo diciendo que estoy cabreada, muy cabreada.

¿Quién tiene la culpa? Pues la culpa de mi enfado la tiene un cura de pueblo. No, no se crean ustedes que yo estoy enfadada con el párroco, no, no es eso.

Se trata de una noticia que oí antes en el telediario: En un pueblo español, no sé su nombre pero no importa, porque podría ser cualquier localidad de ésta, nuestra geografía.

La noticia es: “que a un hombre, un buen hombre seguramente, su párroco le prohibió llevar en la procesión a La Virgen de la Candelaria”. El motivo que alega el cura es que está separado y vive “en pecado” con otra mujer. El pobre señor tiene un disgusto impresionante porque lleva haciéndolo muchos años y es una de sus mayores ilusiones.

Y yo me pregunto: ¿Es justo esto? A mí me parece que no, la verdad. Quizá este parroquiano es un hombre honesto, que cree en Dios, que, incluso, a lo mejor va a misa los domingos, y ahora resulta que porque su matrimonio no ha funcionado y está viviendo con otra mujer sin casarse no puede sacar a pasear a su Virgen.

Me parece tremendo, me parece un abuso por parte del clero tomarse estas licencias, ¿acaso piensan de verdad, estos sacerdotes que todo lo llevan a rajatabla, que Dios o la misma Virgen se van a ofender?

Igual habría que recordarles a estos “religiosos caballeros” aquella famosa frase que dijo Jesús: “El que esté libre de pecado que tire la piedra”, porque a mí me encantaría comprobar cuantos representantes de la Iglesia estarían dispuestos a tirar la piedra sin miedo, o sea, con el total convencimiento de estar absolutamente libres de todo pecado.

Luego se quejan de que va poca gente a la iglesia, y menos que irá a este paso, porque más que la casa de Dios, yo diría que se está convirtiendo en la casa del cura, donde él hace y deshace lo que le da la gana, y donde cierra la puerta a quién considera que no merece entrar. Es decir, todo lo contrario de lo que en verdad debería hacer, vamos a ver, se supone que es la casa de todos los católicos, al menos, y que deberían atraer a las “ovejas descarriadas” no alejarlas, y comprender y consolar a los “pecadores”.

Y sin embargo, al que se desmanda un poquito lo rechazan, casi, casi, le dan le dan la excomunión; eso sí, a los ciudadanos corrientes y molientes, o sea a los del pueblo llano, porque cuando se trata de famosos: actores, deportistas, políticos o gente con influencias y con dinero estos “pecados” de estar separados, divorciados o vivir con otra persona sin haber pasado por la vicaría, a ésos, repito, no se les tiene en cuenta, no se les rechaza, ni se les dice que ellos “no merecen” o “no son dignos de”. Noooooo, a ellos les dedican sonrisas y parabienes y por supuesto todo lo que pidan, porque la Iglesia en esos casos es muy comprensiva y no pone pegas y concede nulidades a diestro y siniestro, para que se puedan volver a casar por el rito católico y no vivan en pecado, ¡faltaría más!, no importa que lleven un montón de años casados, ni que tengan hijos; mientras tengan dinero para pagar “las tasas” y hagan donativos, pues solo necesitan alegar cuatro tonterías y ¡hale hop!, nulidad concedida, matrimonio no válido “a los ojos de Dios”.

Menuda farsa que se están montando estos señores del clero, repartiendo injusticias y vendiendo falsedades, si se dedicaran a lo que debieran dedicarse, a entre otras cosas a la caridad cristiana y similares, otro gallo nos cantara a todos o, lo que es lo mismo, todos saldríamos ganando si ellos fueran los primeros en predicar con el ejemplo, y nunca mejor dicho.

Por todo eso y mucho más estoy cabreada hoy, porque cuando oí esa noticia y vi la cara del pobre hombre me dije a mí misma: ¡Ay, Señor… A veces… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto de identificar el pecado con el pompi es una cosa divertida...
Lo que no identifican con el pecado es tanta hipocresía moral que hay en sus "prietas filas".
Suponiendo que dios exista no creo que se ocupe de las relaciones sexuales de quien le saca en procesión...
Pero, la Iglesia es así de rarita.
Alena.

Anónimo dijo...

Sí, efectivamente, Alena tiene razón, más razón que un santo, incluso puede que si existe, ( Dios ) sea Él mismo placer "sexuar" in person. O sea que nadie mejor para llevarle en andas que los pecadores de la pradera, que bonito happening. Y perdón por si os chirría el Amacord, no es mi intención, soy así porque el Mundo me hizo así, pero no hay trasfondo, simplemente genes mutantes.