viernes, 11 de abril de 2008

DE INTERNET, MÁQUINAS Y DEPENDENCIAS


¿Qué pasaría si de la noche a la mañana nos quedáramos sin Internet para siempre?

¿Verdad que a una se le ponen los pelos de punta sólo de imaginárselo?

A ver, no me refiero al Internet en general, es decir, a que desaparecieran los ordenadores y todas las informaciones y las prestaciones de la informática y todo eso, no, porque eso nos llevaría hacia un caos mundial absoluto. No crean ustedes que exagero, eh. Una se para a pensar en todo lo que hacen las máquinas en cuestión por nosotros y llega a la conclusión de que es alucinante hasta que punto el ser humano depende ahora de ellas.

Es que ya no podemos ni dar dos pasos sin que intervengan en nuestra vida. ¡Ah, qué soy una exagerada! Pues no señor, fíjense en lo que pasa en la calle cuando no funciona un semáforo. Pues se pone un guardia para que dirija el tráfico y santas pascuas, pensarán ustedes. Claro, llevan razón, pero ¿y si de repente no funcionara ninguno? … Ups, pues en ese caso se me ocurre que sería un empleo tan demandado que no ganaríamos para pagar a tanto agente como tendría que haber.

Bueno, es un ejemplo, pero realmente, sí, sería una catástrofe tremenda. Con las listas de espera que hay ahora de personas que quieren tramitar todo tipo de cosas, desde consultas médicas hasta pasaportes, vamos, cualquier papeleo, si no existiera la informática sería poco menos que un vía crucis. Volveríamos a aquello tan español del: “Vuelva usted mañana…” Y entonces volvías y con mucha suerte tenías la gestión hecha y si no, pues te encontrabas con la misma cara inexpresiva del día anterior que cuando tu protestabas, inútilmente claro, te contestaba: “mire usted yo soy un mandado y ya se sabe que las cosas de palacio van despacio”.

¡Ah!, esto me recuerda a mí las viejas películas del cine español, lo que se llamaba: “tipical hispanis”, aquellas comedias de enredo donde el galán si era guapo era tonto, porque en realidad quien se llevaba el “gato al agua” al final era el feo bajito que además siempre venía del pueblo a la capital a buscarse la vida…

En fin, no les voy a contar a ustedes la película entera, que para eso está la televisión y el vídeo… ¡Ajá, les he pillado! La televisión, ese invento infernal, como llaman algunos al aparato, o la caja tonta, o, como la quieran llamar, ¡qué más da!, la cuestión es que todo el mundo de alguna manera, más o menos tiempo, la ve, la contempla, y a veces, hasta disfruta. Creo que de todos es el que se lleva la palma en esto de tener enganchado al personal. Eso sí, siempre hay personas que dicen que no la ven nunca, bueno, sólo los telediarios y los documentales de la 2, y poco más… Y, claro, para ver “ese poquito” tienen en el salón un pedazo enorme de televisor de última generación con pantalla de plasma. ¡Qué lástima de dinero tirado, oye, gastarse tanto para sacarle tan poco rendimiento!

¡Ay! Tendrán que perdonarme, me he desviado del tema, yo, en realidad, de lo que quería hablar era de: ¿Qué pasaría si de la noche a la mañana nos quedáramos sin Internet en los hogares del mundo entero?

Pues, entre otras cosas, que yo no podría estar aquí haciéndoles partícipe a ustedes de mis inquietudes personales y dándoles un poquito la lata con mis opiniones, aunque a veces me digo: “A quién van a importar las opiniones de una ama de casa”…

Y por si le importan a alguien, prometo que en el próximo artículo les hablaré de un mundo sin Internet.

Emma Rosa Rodríguez

4 comentarios:

Lola Bertrand dijo...

Pues si hija no sabes tú hasta que punto, leyéndome me diste idea para un escrito , lo que no sé es si tendré tiempo de escribirlo.
Por otra parte en mi Blog Vestida de Mar te deje un regalito para que lo recojas.
Abrazos
Lola

http://vestidademar.blogspot.com

Anónimo dijo...

Mi tia dice siempre cuando habla de mi ordenador: " esa máquina infernal"...
Je, pues mira si no existiera Internet sinceramente sería una lata...Qué quieres que te diga; yo me lo paso muy bien pero claro, yo es que uso Internet para unas cosas tremendas...
Ya tú sabes...

Anónimo dijo...

Pues fastidiaría un poquitin, pero sería genial volver al género epistolar,más tiempo para leer, visitar a los amigos, seguro que encontrariamos la forma de enredarnos con las palabras de alguna forma
Luci

Anónimo dijo...

Algunos ya dejaríamos incluso de ser... pasando a ser algo así como un múltiplo de cero... bss