lunes, 8 de septiembre de 2008

LOS HOMOSEXUALES Y LA IGLESIA EVANGELISTA

¡Es el colmo! El colmo de la desfachatez, del absurdo y de todo lo imaginable, y no tienen perdón.


Resulta que según los evangelistas, o sea los mandamases de esta “religión”, los homosexuales son personas que no sólo están enfermas, que eso no es nuevo, sino que están poseídas por el mismo demonio y claro hay que exorcizarlas, faltaría más, por medio de terapias hechas por “sanadores” autorizados pertenecientes a su propia iglesia.


Con este cuento un grupo de avispados sanadores (con ese de sinvergüenzas), se han instalado en España procedentes de América en busca de incautos a los que embaucar con sus ideas y teorías sectarias.


Si no fuera porque en el fondo la cuestión es bien triste, y peligrosa también, daría la risa sólo de pensarlo. Pero, al parecer, están teniendo éxito en tan disparatada empresa como están montando.


Se trata de anunciarse a bombo y platillo para captar a las personas homosexuales que no se sienten felices siéndolo o que abominan de su condición, a los débiles de espíritu, evidentemente, y meterles el miedo en el cuerpo asegurándoles que ellos, los “sanadores” les pueden sanar. Ofrecen terapias que duran hasta nueve meses y que incluyen entre otras cosas lectura de evangelios y ejercicios tipo espirituales.


Supongo que previo pago de unas cuotas, porque no creo que lo hagan gratis, por supuesto, y seguramente que nada pequeñas.


Vamos a ver, a mí esto no sólo me parece un engaño y un fraude sino también una forma peligrosa de “jugar” con la salud de quienes acuden a dichas terapias, porque lo grave del caso es que están teniendo éxito, y creo que las autoridades deberían meter mano en este asunto.


También alegan que esos “malos hábitos sexuales” pueden ser la consecuencia de traumas infantiles vividos, o sea, una especie de castigo divino por vaya usted a saber qué.


Si al final también tendrán la culpa Edipo, Electra y por supuestísimo el mismo Freud por haberse metido a explorar los asuntos de la mente e inventar los complejos, (es un decir, oiga, que una habla un poco de oídas en estos temas) con lo tranquilitos que estábamos los seres humanos sin saber nada de complejos ni de semejantes historias.


Yo creo que a los que realmente habría que exorcizar sería a esos sanadores evangelistas para que dejen de timar y dañar a las pobres personas que creen en ellos, o mejor dicho habría que invocar al mismísimo diablo para que se les aparezca y les de tal susto que nunca más se les ocurra mentar su nombre en relación a los demás.


Es que yo lo pienso y me pregunto en qué cabeza cabe decir que la homosexualidad se cura con lecturas de evangelios y cánticos espirituales, como si fuera una enfermedad del alma o algo parecido.


Vamos a ver, “señores” evangelistas y demás adjuntos a estas ideas: uno es homosexual, bisexual o heterosexual porque le da la gana o porque se lo pide el cuerpo, y mientras no haga daño a nadie su conducta sexual es suya, privada, y no hay que tacharlo ni de enfermo, ni de desviado ni nada parecido, y mucho menos decir que está poseído por el diablo o que ofende a Dios con esos actos.


Eso simplemente son suposiciones suyas hechas sin base ni fundamento lógico ninguno. Claro que, a lo mejor, ustedes son unos seres humanos privilegiados que saben de buena tinta que ser homosexual es una aberración porque tienen correo directo con el cielo…


Si es así, háganmelo saber, por favor, y entonces les daré la razón…


Emma Rosa Rodríguez

sábado, 6 de septiembre de 2008

EL HOMBRE Y EL OSO...



Hay personas que dicen que sólo pueden escribir cuando les viene la inspiración o cuando están tristes y son desgraciadas para poder así desahogarse y aliviar sus penas.

Yo debo de ser muy rara porque a mí cuando más me apetece escribir es justamente lo contrario, cuando estoy contenta, alegre y feliz y relajada.

No me gusta escribir sobre las penas, ni las mías, ni las ajenas, oiga, que eso me pone más triste todavía. A mí lo que me encanta, es divertirme con la escritura. Cuando oigo una noticia o un comentario enseguida me vienen a la cabeza opiniones y disertaciones sobre ella.

Y ahora, como ya me he enrollado bastante y aún no he contado nada, pues allá va: ¿Quién dice que los telediarios son tristes y aburridos? Es cierto que sí, que salen muchas desgracias pero siempre hay algún comentario que despierta una sonrisa y que la hace a una pensar y regocijarse con sus propias conclusiones.

¿A qué viene todo esto? Pues muy fácil. Hoy, en el telediario, estaban hablando de la pareja de osos pandas del zoo de Madrid, felicitándolos porque por lo visto cumplen, creo que un año.

El entrevistador andaba con el micro detrás de la gente buscando opiniones de los presentes, supongo que de alguna forma hay que cubrir la noticia y claro, los ositos en cuestión no parecían muy dispuestos a conversar, así que el corresponsal tuvo que conformarse con preguntar a los mirones que había por allí.

A mí me hizo gracia la respuesta de un chico joven que comentó muy animado: “Ella, parece más atenta, pero él pasa de todo, se ve que con tener comida ya está satisfecho”.

Como la vida misma, oiga, tiene usted más razón que un santo.

Está claro, clarísimo, que a la hora de la verdad el mundo de los osos panda no es tan diferente del mundo de los humanos. O sea, ella, la osa, observándolo todo y haciéndose la interesante, mientras que él macho se conformaba con estar en un rincón sentado y comiendo.

¡Vaya!, que mientras haya manduque no voy a preocuparme por otra cosa, pensaría el animal.

¿Qué quieren que les diga? Igualito, igualito que muchos hombres. ¿O no? Esa aspiración, ese sumum de la felicidad que se centra en llenar el estómago, esa indiferencia en la mirada, ese pensamiento centrado sólo mover la mandíbula…
Parece ser que al oso panda, igual que al hombre, se le conquista por el estómago, así de simple es la cuestión, digo, el hombre, quiero decir el oso… ¡Ay, que me he liado…!

Luego dicen que el hombre y el oso cuanto más feo más hermoso, pues va a ser que no, oiga, que viendo esos ositos tan monos, ¡ups!, vamos que esa excusa que ponen muchos hombres ya no cuela, aunque sus reacciones ante determinadas circunstancias parece que son muy similares.

Ambas especies hacen muy bien el “oso”. ¿Verdad?

Emma Rosa Rodríguez

DISCULPÁNDOME QUE ES GERUNDIO

Quizá… Bueno, seguramente que sí, debería pedir disculpas por haber estado tanto tiempo callada, quiero decir, tanto tiempo sin escribir en este blog. Pues las pido, sí señor.

Les ruego humildemente que me disculpen. Claro que sí.

Podría decir aquello de “que causas ajenas a mi voluntad me han obligado a estar callada y bla bla bla…” Que realmente ha habido causas, pero eso, como decimos en mi tierra: “Vamos a dejarlo pa prau”. O sea, traduciendo: Vamos a olvidar el asunto e ir al grano, -esto supongo que lo entiende todo el mundo-, así que lo dicho.

Y como este mensaje no tiene nada que ver con el artículo que voy a escribir después he decidido firmarlo y partir de cero. Es un decir, ustedes me entienden perfectamente .

No sé si todo esto que digo le importará un rábano a alguien, pero es que yo soy muy optimista y me imagino que algún lector o lectora habrá por ahí que me lea, aunque tropiece conmigo de casualidad o de rebote de otro sitio…

En fin, que ya me callo, sólo por ahora, no se hagan ustedes ilusiones, que esto de escribir es adictivo, una vez que empieza una, luego no puede parar.

¡Lo que hay que oír, señor…!

Emma Rosa Rodríguez

viernes, 16 de mayo de 2008

¿Qué pasa con el usuario alenar de WordPress.com

Me ha llegado la siguiente comunicación y así lo hago constar:

Entré en el servidor WordPress.com como usuario gracias a que un amigo me asoció a su blog como usuario.

Una vez dentro del sistema se me dio una contraseña y un usuario., con la que entraba al sistema.

Una vez en el servidor con tal contraseña y tal usuario creé

Primero: Alenarte de dirección web

http://alenar.wordpress.com/

Segundo: Bitácora de Alena Collar de dirección web :

http://alenacollar.wordpress.com/

Tercero: Otras Lenguas, Otros Paisajes, de dirección web http://otraslenguasotrospaisajes.wordpress.com/

En cierto momento me quedo sin Internet, y bien por un error, o por causas que desconozco, se me deshabilita como usuario en la página que se me había asociado al principio.

La persona que me deshabilita me explica que no puede entrar a mis páginas con mi usuario y contraseña.

Yo tampoco puedo.

Escribo más de diez (contadas) cartas a Soporte de WordPress. y se me dice:

Uno: Que ese Usuario no corresponde a los email que yo les facilito.

Dos: Que el email siempre ha sido el mismo, desde el que se crearon las páginas.

Tres: Que mis emails no se corresponden con el usuario.

Cuatro: Que no se ha hakeado la página.

Cuatro: Que les envíe el correo original desde donde se dio usuario para devolvérmelo.

Cuando desde ese correo hago esto, a mí no me llega ninguna contraseña ni me llega respuesta de Soporte

He enviado a Soporte: copia del DNI, copia del “avatar”, copia de los pagos efectuados por sistema PAYPAL en las páginas que tenía así como en las nuevas, adjuntando carta explicativa del tema.

Soporte de WordPress la respuesta que tiene es la misma que la primera vez que escribí: que se lo demuestre. Que envíe email desde donde se creó la página.

Añado que estas comunicaciones son en inglés porque WordPress como ya me especificó en una carta: “no da soporte si no es en inglés”.

Mientras ello ocurre:

1-No se me puede asociar (ya se intentó) nuevamente al blog de quien me asoció la primera vez como alenar, porque no me llega salvo para las páginas nuevas, no para las antiguas. Es decir; a este usuario no lo reconoce en mi email.

2- Las páginas que administraba estaban sometidas a moderación por mí; debiendo llegarme a mi correo. Ahora esas comunicaciones no llegan, pero existen comentarios que se aprueban y otros (hechos por mí y por conocidos míos) no. De esto deducimos que existe una SELECCIÓN de COMENTARIOS. Es decir, que hay alguien-que no soy yo- que los modera.

3- Un moderador español ha intervenido en el tema, aconsejándome qué hacer, (el envío de toda la documentación que os mencionaba) SIN EL MENOR RESULTADO.

Estos son los hechos.

Datos:

La Revista Alenarte que os cito, en su primera etapa tiene 89225 a día de la fecha.

Bitácora de Alena Collar, tiene a día de hoy 18661 visitantes.

Otras Lenguas Otros Paisajes tiene: a día de hoy 19112 visitantes.

Pero WordPress me dice que les demuestre que yo soy la dueña de esas páginas.

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Desde este blog, solicito respetuosamente que le sean devueltas sus páginas al usuario alenar.

Gracias.



martes, 13 de mayo de 2008

LA IGLESIA PIDE QUE LA TACHEMOS



¡Ejem! Dicho así tal parece que La Iglesia (con mayúsculas) quiere que la borremos del mapa, que no le hagamos caso, en una palabra, que la ignoremos. Pero no, no es eso, por supuesto, sino todo lo contrario.

En realidad lo que nos pide, en ésta nuestra España cañí, es que a la hora de hacer la declaración de la renta “tachemos”, marquemos, pongamos la cruz…, en la casilla correspondiente a La Iglesia Católica, para que ese tanto por ciento famoso que se nos descuenta a todos –queramos o no –, vaya a parar a sus arcas y no a bienes sociales.

Veamos, resulta que una de las razones que alega, además del sostenimiento económico de la institución, es que ese dinero lo va a destinar a bienes sociales. Entonces, yo aquí ya me he liado, porque si hay dos casillas y una es para fines sociales y la otra para La Iglesia, si yo marco la de bienes sociales se supone que estoy ayudando a los que lo necesitan de verdad. Pero claro, si La Iglesia dice que es para ayudar a los necesitados y para invertirlo en favor de los que nada tienen, eso ya lo estoy haciendo yo si beneficio con mi aporte a la casilla de fines sociales. ¿O no?

¿Ustedes entienden algo? Yo no, sinceramente. A mí me parece muy bien que La Iglesia pida, siempre lo ha hecho y no nos vamos a extrañar a estas alturas, pero que digan, claramente, en la campaña publicitaria que es para su sostenimiento y financiación y no para lo demás porque eso ya se consigue si elegimos la otra casilla.

Ahora bien, dejando esa discusión al margen, lo que no me parece justo es que sólo La Iglesia Católica tenga el derecho de solicitar apoyo o ayuda económica. ¿Qué pasa con las demás religiones? Bien es verdad que, en nuestro país, es la mayoritaria, pero actualmente en España están reconocidas otras religiones; entonces, yo me pregunto: ¿Qué pasa con los musulmanes, judíos, budistas…? Si son tan españoles como los demás porque han nacido aquí o porque están nacionalizados y pagan los impuestos como todo hijo de vecino y ya que dicen que hay libertad religiosa: ¿Por qué ellos no tienen el mismo derecho a tener su casilla para subvencionar sus propias iglesias, sinagogas, centros de culto o como se llamen.

Para mí, eso sí sería justo, que todos tuvieran la misma opción, que nadie se sintiera discriminado por tener unas creencias u otras. ¿No dice eso La Constitución Española? Si todos somos iguales, ¿por qué solamente la religión católica tiene derecho a pedir para sí?

Sé que no van a hacerme caso, al fin y al cabo a quién le importan las opiniones de una simple ama de casa con tantas como hay en España, pero de todas formas, y ahora me toca a mí pedir: “Solicito a las autoridades de mi país que, en la próxima campaña del I.R.P.F, haya una casilla donde se pida para subvencionar una religión, pero que no se predetermine ninguna sino que sea el propio contribuyente el que escoja a la que quiere designar el tanto por ciento de sus ingresos”. Eso sí que sería una decisión justa para todos, aunque habría, por supuestísimo, muchas voces en contra de esa medida.

Pero como dice un refrán: “Aquí, o jugamos todos o rompemos la baraja”.

Además, a mí me parece una tontería y un gasto inútil el dinero que se empleó en pagar semejante campaña en los medios de comunicación, porque las personas que iban a destinar ese 0,7 % de su declaración de la renta a la Iglesia Católica ya lo tenían claro desde el principio y los que no están por la labor de hacerlo, porque prefieren que vaya a los fines sociales, también lo tenían decidido, luego, todo eso, me parece absurdo porque no han convencido a nadie que no lo estuviera ya de antemano.

Y pensando en eso, vuelvo a preguntarme: ¿No habría sido mejor destinar todo ese dinero que se han gastado en una campaña de promoción de la iglesia, en beneficio de los que de verdad lo necesitan, y no me refiero a los curas, precisamente?

Bueno, hoy no voy a despedirme con aquello de: ¡Ay, Señor… Lo que hay que oír…! Sencillamente porque se sobreentiende.

Y si no recuerdo mal, ¿no fue Jesús quien dijo: “Por sus actos los conoceréis…”?

¡Pues eso!

Emma Rosa Rodríguez


domingo, 27 de abril de 2008

¿GOBIERNO ROSA O AZUL?

Yo siempre creí que este tema del “rosa o azul” se aplicaba solamente a los niños. Es decir, lo típico de decorarle la habitación y vestir a la criatura del color que se asociaba con su sexo. Claro que eso eran otros tiempos y esto hoy día ha quedado completamente desfasado.

Pero ahora, resulta que no, que el asunto éste que parece tan baladí y tan doméstico, ha sobrepasado las barreras del horizonte infantil y se ha convertido nada más y nada menos que en “cuestión de Estado”. Sí, sí he dicho bien, créanme ustedes. En una cuestión importantísima para nosotros.

Y es que, a partir de ahora, vamos a tener que preguntarnos cada cuatro años, o sea en época de Elecciones, cuál será el color del Gobierno que nos toque esa temporada.

Ya ven ustedes, así tendremos un aliciente más para ir a votar a las urnas. Será un poco como estar embarazados, aunque políticamente hablando, eh.

Unos dirán: “Pues yo voto a fulanito porque me apetece tener un Gobierno rosa” Y otros, pues justamente lo contrario. Claro que, eso, es como todo en la vida, primero habrá que cogerle el “punto” a los políticos para saber quien de ellos responderá acertadamente a las expectativas que una se ha creado.

Pero entonces, se me ocurre a mí pensar: ¿qué pasa con las ideas? Vamos a ver si me sé explicar: si una intuye que un dirigente, bien porque así lo haya dicho él o porque se tenga esa sensación, va a formar un Gobierno de tal color que es el que a mí me gustaría tener, pero no es de mi partido ¿qué hago? Puede parecer una tontería esta pregunta, ya lo sé, se supone que nadie en su sano juicio votaría al del partido contrario pero… Hay otra cuestión puesta sobre el tapete, que es en realidad el meollo del asunto.

¡Ay, si es que no tengo remedio! Me acabo de dar cuenta de que empecé el artículo al revés y de que no hice la introducción pertinente, o mejor dicho la exposición adecuada antes de entrar en materia. Así que allá va.

Aunque les supongo enterados de ello, por si acaso voy a aclararlo: Según unas palabras de Berlusconi dichas recientemente, “en España tenemos un Gobierno demasiado rosa” porque hay mayoría de mujeres. Y ése es el quid de la cuestión, que haya más mujeres o, lo que es lo mismo, que haya menos hombres. Vamos que sean “ellas” las protagonistas y las mandamases y no ellos como siempre fue, y claro, esto que parece una nueva moda, puede levantar ampollas en muchas cabezas del sexo “fuerte”.

Bien, aclarado el por qué del rosa o azul, pues sigo con lo que estaba. Y yo me pregunto si no habrá mujeres que caigan en la tentación de decantarse por un candidato determinado, sin tener en cuenta el partido que lidera, sólo porque saben que va a formar un Gobierno con mayoría femenina o, al contrario, en el caso de los hombres. Porque sí, muchas personas simpatizan por un partido y no dudan en votarlo, pero siempre hay muchos indecisos o descontentos que podrían agarrarse a eso del “color”, para cambiar sin sentir que traicionan a sus ideas, y como dicen (otra chorrada más que sabe Dios quién se la habrá inventado) que las señoras somos más volubles que los caballeros, pues a una le da todo esto que pensar en si será también una labor de estrategia de cara al futuro o para tenernos contentas, por aquello de que “si no puedes ganarles, únete a ellas”.

En fin, estamos en el siglo XXI y sería de esperar que todo esto del rosa o el azul en nuestra sociedad debería de estar ya superado, pero mucho me temo que quedan discusiones y reflexiones para rato, y que no se trata de cual de los dos sexos es mejor o está más cualificado para desempeñar cualquier cargo en el mundo de la política sino que lo verdaderamente importante es nombrar a “personas” que estén de verdad preparadas sin pararse a pensar si son hombre o mujer.

Porque a mí, realmente, lo que me importa no es el color de la ropa que vistan los dirigentes de mi país sino las cualidades que tengan para poder gobernar con eficacia.

Así que Signore Berlusconi, hoy mi última frase va por usted:

¡Ay, Señor… A veces… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa Rodríguez

domingo, 20 de abril de 2008

S.O.S. UN MUNDO SIN INTERNET



Les hablaba yo en un artículo anterior de cómo sería un mundo sin Internet, bueno, mejor dicho lo intenté porque, como casi siempre, se me fue el santo al cielo y acabé hablando de otra cosa, aunque también estaba relacionada con el mismo tema. O sea, que se me va la “olla”, como dicen mis hijos, pero no el todo,¡eh!, que tampoco estoy yo tan mal, o sí, vaya usted a saber. Porque ya conocen lo primero que dice un loco cuando ve al médico: “Yo no estoy loco, doctor”.

¡Ay, ay, ay! Ustedes perdonen, ya me estoy yendo otra vez por las ramas y luego a mí se me acabará el folio y a los lectores la paciencia y las ganas de seguir leyéndome. ¡Claro, si es que me lo tengo merecido, por ser tan poco seria! ¿Será que tengo falta de concentración?

¡Venga: Al toro por los cuernos!

Imaginemos que de repente no hay Internet en casa. Pero no es una avería ni un fallo ni nada parecido. Va a ser para siempre. Existió, pero de la noche a la mañana ya no existe. Da yuyu, ¿verdad? A mí, es que me recorre un escalofrío por la espalda de sólo pensarlo.

Entonces una se sienta al ordenador y se queda mirando para la pantalla con cara de tonta, y parece que la pantalla te mira en silencio como diciéndote con lástima: “Vamos, puedes escribir tus batallitas personales, yo aún soy muy listo y puedo procesar tus textos y corregirlos y ponerles colorines… Además existen unas hermosas enciclopedias para el ordenador donde puedes encontrar toda la información que deseas… Aún puedes hacer muchas cosas aunque no tengas Internet”.

Sí, claro que se pueden hacer muchas, muchísimas cosas. Leeríamos más libros, dedicaríamos más tiempo a los amigos, saldríamos más a pasear, al cine…, haríamos mucho más de todo, pero… ¿Y lo que no podríamos hacer? ¡Ajá, ahí está la cuestión! Por ejemplo: ¿de qué me serviría a mí estar escribiendo esto si nadie fuera a tener la posibilidad de leerlo? Y como yo, muchísimas personas que lo pasan en grande escribiendo sus pequeñas historias y luego las cuelgan en Internet para disfrute propio y ajeno. Creo que nunca ningún invento hizo tanto por la creatividad como Internet. ¿Se han fijado ustedes la cantidad de “escritores” de cualquier oficio que hay repartida por el mundo? ¿Y el número incontable de páginas web y blogs que existen? Es que da la sensación de que hoy día si no tienes un blog no eres nadie.

Ahora, díganme ustedes ¿qué sería de tantas personas si les quitaran ese placer? ¿Y los adictos a los chats y a los foros? ¿Y las personas que no pueden viajar ni visitar museos o que sólo tienen acceso en sus bibliotecas a un número muy reducido de libros? Pues sería un desastre, sin duda ninguna. Yo creo, sinceramente, que habría una depresión general a nivel mundial.

Bueno, ya sé que hay muchos países a los que no les afectaría en absoluto, pero no me refiero a esos, ustedes ya me entienden. Y no sólo habría una depresión, sino hasta sería causa de divorcios y peleas. No me creen, verdad, pues piensen en cuantos matrimonios en sus casas están cada uno a lo suyo en su ordenador. Fíjense, si ese tiempo estuvieran juntos viendo la tele acabarían peleándose por el mando a distancia. ¿O no tengo razón? Ya, me dirán ustedes, pero antes no había Internet y no pasaban tantas tragedias. Claro, pero antes sólo había tres o cuatro cadenas de televisión, no el porretón que hay ahora y además tampoco existía el mando a distancia. Luego, es imposible pelearse por algo que no existe. Y miren ustedes, tampoco nuestras abuelas tenían ni siquiera televisor, ni lavadora, ni muchas cosas que ahora nos resultan imprescindibles, y sin embargo eran felices. Pues claro que sí, lo que ocurre es que no se puede echar de menos lo que no se conoce, y no tiene sentido llorar porque te quiten algo que nunca tuviste, por eso, en este caso si nos quitaran Internet, nos desesperaríamos porque nos quedaríamos de la noche a la mañana como desnudos, como indefensos, sin armas contra la rutina. Quizá sería como dormir sin soñar o algo parecido.

En fin, que me he puesto muy seria y poética al final, pero es que me dejo llevar y… Digo yo, que igual es por contagio de leer tanto por esa inifinidad de blogs y webs que pululan por la red.

La verdad, es que si nos quitaran Internet mucha gente, incluida yo misma, lo pasaría, francamente, muy mal. Y entre otras cosas yo no les podría decir a ustedes mi típica frase: ¡Ay, señor… A veces…Lo que hay que oír…!

Emma Rosa Rodríguez

PREMIO PICO Y PATA




Queridos amigos y apreciados lectores: Tengo el placer de anunciaros que este blog ha recibido otro galardón: “Premio Pico y Pata” otorgado por la escritora asturiana Lola Bertrand desde su precioso blog Vestida de mar. http://vestidademar.blogspot.com el cual os recomiendo visitar.

Desde Opinionesdeunamadecasa quiero dar las gracias a Lola, por haberse acordado de este sencillo blog.

Ahora me toca a mí conceder y pasar el trofeo, así que he decidido dárselo a la escritora española pero con residencia en Holanda: Pilar Moreno Wallace, por su blog Entre dos aguas http://entredosaguas.blog.com por la elegancia y delicadeza de sus contenidos y porque las letras de sus epístolas me transportan a otros mundos y me hacen soñar con realidades diferentes.

Emma Rosa Rodríguez

viernes, 11 de abril de 2008

DE INTERNET, MÁQUINAS Y DEPENDENCIAS


¿Qué pasaría si de la noche a la mañana nos quedáramos sin Internet para siempre?

¿Verdad que a una se le ponen los pelos de punta sólo de imaginárselo?

A ver, no me refiero al Internet en general, es decir, a que desaparecieran los ordenadores y todas las informaciones y las prestaciones de la informática y todo eso, no, porque eso nos llevaría hacia un caos mundial absoluto. No crean ustedes que exagero, eh. Una se para a pensar en todo lo que hacen las máquinas en cuestión por nosotros y llega a la conclusión de que es alucinante hasta que punto el ser humano depende ahora de ellas.

Es que ya no podemos ni dar dos pasos sin que intervengan en nuestra vida. ¡Ah, qué soy una exagerada! Pues no señor, fíjense en lo que pasa en la calle cuando no funciona un semáforo. Pues se pone un guardia para que dirija el tráfico y santas pascuas, pensarán ustedes. Claro, llevan razón, pero ¿y si de repente no funcionara ninguno? … Ups, pues en ese caso se me ocurre que sería un empleo tan demandado que no ganaríamos para pagar a tanto agente como tendría que haber.

Bueno, es un ejemplo, pero realmente, sí, sería una catástrofe tremenda. Con las listas de espera que hay ahora de personas que quieren tramitar todo tipo de cosas, desde consultas médicas hasta pasaportes, vamos, cualquier papeleo, si no existiera la informática sería poco menos que un vía crucis. Volveríamos a aquello tan español del: “Vuelva usted mañana…” Y entonces volvías y con mucha suerte tenías la gestión hecha y si no, pues te encontrabas con la misma cara inexpresiva del día anterior que cuando tu protestabas, inútilmente claro, te contestaba: “mire usted yo soy un mandado y ya se sabe que las cosas de palacio van despacio”.

¡Ah!, esto me recuerda a mí las viejas películas del cine español, lo que se llamaba: “tipical hispanis”, aquellas comedias de enredo donde el galán si era guapo era tonto, porque en realidad quien se llevaba el “gato al agua” al final era el feo bajito que además siempre venía del pueblo a la capital a buscarse la vida…

En fin, no les voy a contar a ustedes la película entera, que para eso está la televisión y el vídeo… ¡Ajá, les he pillado! La televisión, ese invento infernal, como llaman algunos al aparato, o la caja tonta, o, como la quieran llamar, ¡qué más da!, la cuestión es que todo el mundo de alguna manera, más o menos tiempo, la ve, la contempla, y a veces, hasta disfruta. Creo que de todos es el que se lleva la palma en esto de tener enganchado al personal. Eso sí, siempre hay personas que dicen que no la ven nunca, bueno, sólo los telediarios y los documentales de la 2, y poco más… Y, claro, para ver “ese poquito” tienen en el salón un pedazo enorme de televisor de última generación con pantalla de plasma. ¡Qué lástima de dinero tirado, oye, gastarse tanto para sacarle tan poco rendimiento!

¡Ay! Tendrán que perdonarme, me he desviado del tema, yo, en realidad, de lo que quería hablar era de: ¿Qué pasaría si de la noche a la mañana nos quedáramos sin Internet en los hogares del mundo entero?

Pues, entre otras cosas, que yo no podría estar aquí haciéndoles partícipe a ustedes de mis inquietudes personales y dándoles un poquito la lata con mis opiniones, aunque a veces me digo: “A quién van a importar las opiniones de una ama de casa”…

Y por si le importan a alguien, prometo que en el próximo artículo les hablaré de un mundo sin Internet.

Emma Rosa Rodríguez

domingo, 30 de marzo de 2008

EL TERCER SEXO



Una servidora que ya lleva muchos años pisando por el mundo y tratando de que no la pisen a ella, pues a veces se piensa que ya está acostumbrada a todo tipo de noticias y que ya nada o casi nada la va a sorprender, por eso cuando esto sucede, una, o sea yo, me llevo una alegría inmensa. Algunos de ustedes pensarán que eso es una estupidez, pues no señor, no es ninguna tontería, a mí me gusta que me sorprendan, con cosas buenas, claro, y espero que la vida siga sorprendiéndome por muchísimos años más, y ustedes que lo vean.

La noticia en cuestión es de sobra conocida porque salió en todos los medios, pero yo no quiero dejar de comentarla. Se trata de algo que parecía hasta ahora imposible y, sin embargo, ahí está: “Un hombre embarazado”. Lo primero que pensé es que era un truco o algo parecido pero no, resulta que es del todo real.

Bueno, maticemos, el hombre está embarazadísimo, sí, pero no es un hombre, ¡ay, qué lío!, me refiero a que esa persona no nació hombre sino mujer, luego se operó y se convirtió en ¿varón?, pero por lo visto conservó todos sus órganos reproductores, por eso ha podido quedarse en cinta por inseminación artificial.

Los motivos son relativamente lógicos, es decir, su mujer no podía tener hijos y él decidió intentarlo a ver qué pasaba, y así se embarcó en una aventura cuyo fin conoceremos dentro de unos meses. Ojalá que todo termine bien porque el valor que le echó esta pareja al asunto es como para quitarse el sombrero, porque bien es verdad que en su círculo de familia, amigos, vecinos, etc, habrá quien les aplauda, pero también y, posiblemente, serán los más, quien les rechace o se burle, y hasta quien se ofenda.

Ahora yo me pregunto: si esta persona por dentro aún es mujer, con capacidad para gestar a una criatura, pero por fuera es hombre con todos sus atributos masculinos, ¿cómo se puede definir?, ¿es hombre o es mujer? O, acaso, habría que designar-inventar un nombre especial.

Quizá toda esta historia que parece un poco surrealista, de novela de Huxley, ¿se acuerdan ustedes de Un mundo feliz?, quizá, repito, no sea tan disparatada.

Todo, cualquier descubrimiento científico o cualquier experimento tiene un principio y, éste, ¿por qué no?, podría ser un primer paso que puede llevar a la Humanidad por caminos insospechados.

¿Qué sucedería si viendo los resultados de “esta locura” más personas en el mundo decidieran vivir la misma experiencia?

En este caso estamos hablando de un norteamericano, sí, pero en nuestra propia sociedad española, y en muchas otras, cada vez son más las personas que sueñan con cambiarse de sexo; ahora ya saben que gracias a la ciencia pueden transformarse físicamente pero que a la vez pueden conservar su primitiva esencia para poder disfrutar del placer de la maternidad en su propio cuerpo.

Y, a mí, que me gusta rizar el rizo y echar a volar la imaginación, pues pienso y me digo, que ya está comprobado que una mujer puede seguir siéndolo interiormente a todos los efectos a pesar de ser exteriormente un hombre. Pero ahora expongamos el caso contrario: Un hombre que quiere transformarse en mujer. Bien, ya sabemos que eso es totalmente factible, pero, y si ese hombre quisiera conservar sus órganos reproductores internos ¿podría llegar a ser padre realmente aunque tuviera apariencia femenina? Y, si a este hombre que quiere ser mujer pero que sabe que nunca podrá ser madre biológica pudiera transplantársele, o mejor dicho, implantársele un aparato reproductor femenino ¿qué sería entonces? ¿Hombre o mujer, o ninguna de las dos cosas?

Quizá entonces tendríamos que inventar un tercer sexo para la raza humana. Puede parecer una locura, pero con el tiempo se han ido haciendo realidad tantas cosas que parecían imposibles y que sólo tenían cabida en las mentes de los escritores de ciencia ficción que una servidora, aunque se sorprenda gratamente con este tipo de noticias las toma también como algo natural, implícito en la época en que vivimos.

Porque, y corríjanme si me equivoco, cada vez estamos más cerca de aquel Mundo Feliz del que tan magistralmente nos habló Huxley. ¿O no?


Emma Rosa Rodríguez


sábado, 22 de marzo de 2008

SI ERES AMA DE CASA NO EXISTES



Pues sí señores, ni más ni menos. Han leído ustedes bien. Parece una sentencia absoluta o una exageración enorme, pero es una realísima realidad.

A ver, maticemos: Existes, por supuesto. Ocupas un lugar en el espacio, ¡ups!, no me refiero al espacio espacial sino al espacio terrestre, eh. Es decir, estás físicamente presente, te miras al espejo y te reflejas, te pellizcas y te duele (como dicen en las películas: “pellízcame para ver si estoy soñando”, pues lo mismo), hablas, piensas “luego existes”, ríes, lloras, sientes y padeces.

Como cualquier persona, vaya, sólo que no cuentas como individuo. Bueno, puedes votar, faltaría más, y se supone que tienes los mismos derechos que cualquier ciudadano, pero… Eres ama de casa, y eso se traduce en que “no trabajas”, o sea, no cobras, así que como no cotizas, para el Estado no eres nadie, es como si no existieras. Así de claro. No hay una nómina a tu nombre, estás pues “innominada”. ¿Qué mal suena, verdad? Pues así es como nos sentimos a veces las amas de casa cuando se nos hace la famosa preguntita: ¿En qué trabajas? Y una menda se queda pensando: “¿cómo le digo yo a esta borde que soy ama de casa?” Pero lo dices, sacas pecho como desafiando al mundo entero y lo sueltas, y entonces te contesta como con conmiseración: “¡Ah!, ¿entonces no trabajas?” ¡No trabajo!, ¡y un cuerno, no trabajo!

En fin, he de ser sincera y contarles a ustedes que yo en realidad no trabajo nada. Les explico: En mi casa toooodo es muy inteligente, me ha costado años de aprendizaje pero al fin he podido enseñar a los habitantes inanimados de mi hogar a que sean autosuficientes. Empezando por la ropa: Las sábanas, mantas y edredones saben colocarse solos y me dejan unas camas de lo mas primorosas. El resto de la ropa de vestir va solita a la lavadora, las prendas han aprendido a agruparse por colores para lavarse más a gusto y luego van derechitas a tenderse al sol, ahí es donde aprovechan para cotillear en el patio de luces, y después sin que yo les diga nada, tan ricamente, a la tabla a dejarse acariciar por la plancha que me salió muy lista y no necesita que yo este allí. Y sin rechistar y con cuidado de no arrugarse cada una a su correspondiente cajón o percha del armario. Es una verdadera delicia ver desfilando a toda la colada por el pasillo en busca de sus destinos.

De los alimentos y las comidas tampoco me tengo que preocupar, el frigorífico y la despensa pasan cada día la nota de lo que necesitan al teléfono y él se encarga de pedir al super todo lo necesario, y cuando la compra ya está en casa cada vianda conoce su lugar y su misión en la cazuela, se ponen de acuerdo en como se van a cocinar, a veces tengo que intervenir para poner paz pero son las menos, y en un pis pas, la comida lista y a los platos, cubiertos, vasos, etc, les encanta colocarse en la mesa limpitos y en cuanto se ven sucios se dirigen, con una disciplina que es de admirar, al lavavajillas a ducharse para regresar luego, otra vez inmaculados, a sus correspondientes estantes.

Ah, y del aspirador, ése sí que me salió rápido, en un tris se pega un paseo por toda la casa y deja los suelos impecables, y qué decir de la fregona que le hace la competencia y se me esmera cada día en hacerlo mejor, no hay esquina ni rincón que se resista a sus encantos, los dos gozan de mi absoluta confianza y tienen carta blanca para ir donde les parezca, es un alivio no tener que preocuparme por sus pasos.

Y a los trapos de limpiar el polvo les priva saltar de mueble en mueble mientras los libros y los adornos levitan para dejarles el paso libre. Y no voy a olvidarme de las bayetas que limpian los cristales, los azulejos y los sanitarios, de cómo se divierten paseando solitas por sus superficies y dejándolo todo con un brillo espectacular…

¡Aysss! Ya ven ustedes, al final, resulta que la borde de antes tenía razón cuando me decía aquello de: “¡Ah!, ¿eres ama de casa? Entonces, ¿no trabajas?

¡Ay, Señor… A veces… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

martes, 26 de febrero de 2008

EL DEBATE DONDE NADIE DEBATIÓ


Algún desconocido al fondo de la oscuridad decidió, como Dios, que ya era hora de encender la luz y explicar al mundo -sobre todo a los españoles que para eso somos los que soportaremos durante cuatro años a un señor con el que tendremos que comer y cenar, lo digo por los telediarios, y desayunar también, si se tercia-, las ideas, propuestas y promesas de dos señores, candidatos ambos a la presidencia de España.

Y digo bien, “al mundo” porque por lo visto el evento se retransmitió a todos los rincones del planeta, a través de televisiones, radios, y como no, internet. Aunque mucho me temo que la audiencia mundial seguramente no sería nada abundante, porque dudo, y que me perdonen los realizadores y hacedores del invento, que interesen gran cosa estas cuestiones, protagonizadas además por un pequeño país al sur de Europa. Vamos que, como mucho, una reseña en algunos diarios internacionales y para de contar.

Y la luz se hizo. Y entraron por una puerta lateral tres figuras entrajetadas, encorbatadas y casi, casi, encorsetadas, a juzgar por las caras de circunstancias que tenían; si es que parecían novatos con cara de dolor de barriga a punto de examinarse.

Tres, fueron tres, como los Reyes Magos de Oriente, aunque sus presentes no eran precisamente oro, incienso y mirra, sino promesas, reproches y descalificaciones, porque de todo hubo, y mucho más, aunque de forma muy comedida y sin perder los papeles, que se dice; adornado con insultos, mentiras disfrazadas, y un ir y venir de láminas llenas de estadísticas de todo tipo, con barras de colorines que anunciaban maravillas y desgracias, según lo presentara uno u otro candidato. Porque allí es que no casaba nada, parecía que ambos hablaban de mundos diferentes, como si no estuvieran representando la misma película.

Eran tres, sí, porque en el medio, como un rancio Gaspar, intentando poner orden y disciplina y que los interlocutores respetaran tiempos y modos y formas, en otras palabras de que la sangre no llegara al río, estaba un moderador, con más miedo si cabe, que los propios protagonistas y más tieso que un palo de escoba que se limitó a explicar al principio como se desarrollarían los temas y pequeñísimas intervenciones simplemente para dar la palabra a uno u otro y darles un poco de jabón de paso, agradeciéndoles que fueran tan considerados con la audiencia hablando justo los minutos y segundos –escrupulosamente medidos por controladores de baloncesto con el cronómetro en mano-, que tenían concedidos cada uno.

Por lo demás, el debate tan esperado fue: frío, aburrido, decepcionante porque no dijeron nada nuevo, largo y corto a la vez, porque faltó tiempo para hablar de todo y también sobró tiempo porque repitieron y se repitieron en lo de siempre. Cada uno se montó su película como le pareció y la presentaron sin contar con el contrario. Prácticamente no discutieron, no entraron al trapo, no se acaloraron, ni siquiera “sudaron la camiseta”. Vamos, que se diría que los dos iban por libre, con los deberes bien hechos, que para eso están los asesores y los ministros, etc, para prepararles los ejercicios y con los guiones bien escritos para no tener que improvisar sobre la marcha, que eso puede ser peligroso en campaña, que cualquiera tiene un lapsus y entonces, adiós muy buenas.

Resumiendo: Llegaron, se dieron la mano casi a regañadientes, posaron para la foto, hablaron y se despidieron, y se largaron cada uno por su parte rodeado de su corte “celestial” y con sonrisa de decir: “Soy el mejor y voy a ganar”.

Entonces algún desconocido al fondo de las sombras decidió empezar a recoger sus bártulos y apagar la luz del plató, quizá preguntándose si habría merecido la pena montar todo el escenario para esto, y allí en medio de la oscuridad quedó la mesa de proporciones totalmente simétricas en espacio para cada contertulio, las sillas rectas, no giratorias y sin reposabrazos situadas exactamente a la misma altura, las cámaras, dos por cada uno de los candidatos colocadas de la misma forma para enfocar siempre el mismo plano y el aire acondicionado que poco a poco iría enfriando un ambiente programado para estar a una temperatura constante de 21º .

Se acabó la función y una se quedó pensando si había merecido la pena toda la parafernalia que se montó, todas las expectativas que se crearon, todos los avisos de clarines y trompetas, todos los voladores que se lanzaron anunciando la “fiesta de la democracia”…

Y una servidora, aunque sé que no van a hacerme caso, pero el derecho al pataleo no me lo quita nadie, llegó a la siguiente conclusión: “Señores candidatos a Presidente de mi país, el espectáculo no ha sido como me prometieron así que les pido que me devuelvan el dinero que me quiero ir a mi casa”.

Emma Rosa

domingo, 17 de febrero de 2008

EL "ARTE" DE SACAR LA BASURA


¿Sabían ustedes que depositar las bolsas de la basura en la calle puede ser un arte? Quizá les resulte un tanto extraño, a mí personalmente me parece una tontería, pero al parecer los señores que exponen en Arco que es la Feria Internacional de Arte Contemporáneo más importante de Madrid, pues no piensan lo mismo que yo, y claro, ellos son los expertos y los que saben de esto. Así que una menda que sigue pensando que apilar unas cuantas bolsas de basura no tiene ninguna ciencia pues se limita a comentar la noticia, y a reírse un poquito de paso. Si es que…¡Lo que hay que ver, caramba!

Verán, estimados lectores, en dicha Feria, que también hay obras de auténtico arte, ¡faltaría más!, hay cada lindeza que alguna es digna de mencionar por lo absurdo de su contenido. ¿A qué me refiero? Pues ni más ni menos a una de las “obras” allí expuestas: “En una esquina de una sala hay varias bolsas de basura colocadas en el suelo”, y no se crean ustedes que están vacías, no, llenitas del todo y bien atadas, eso sí. Digo yo, que el contenido de dentro será de eso que llaman de atrezzo, o sea de mentira, porque si la exposición dura una semanita, ya me contarán a mí quien se acerca por allí el último día. Y supongo que habrán avisado a las señoras de la limpieza, no vayan a destrozarles el invento y dejar el rincón de marras vacío y limpio como los chorros del oro, a no ser, que hayan instalado una alarma que pitorree de lo lindo si alguien osa tocar semejante maravilla producto de la creatividad de algún artista de “gusto exquisito”, porque la verdad es que la muestra tiene una “plasticidad” impresionante, porque plástico, lo que se dice plástico lleva bastante, digamos que es el material principal con que está hecha, lo que no quita para que sea, cuanto menos original, ¡ups! por decirlo suavemente.

Bueno, pues esa es una de las estupendas novedades de este año. Y es que el arte evoluciona que da gusto. Cada vez es más asequible al pueblo llano, ¿verdad? Porque hay veces que una, por más que intenta buscar el sentido a un cuadro o a una figura no sabe por donde empezar, pero no me negarán ustedes que a unas bolsas de basura, es muy fácil encontrarles el puntito necesario de comprensión que conlleva en sí mismo. ¡Hale, ahí queda eso!

Sobre todo, cuando una servidora está tan acostumbrada a sacar la basura diariamente. Ya ven ustedes, qué desperdicio, yo haciendo cada noche una obra de arte y sin saberlo, caray. Ah, y encima la de verdad, nada de mentirijillas, oiga, la auténtica, la interactiva que se dice ahora. En otras palabras se puede decir que estoy interactuando con la naturaleza integrando la propia obra de arte en su entorno natural, hasta que llegue el camión y se la lleve, claro.

¡Ay! Miedo me da que se enteren mis hijos, porque se negarán a sacar la basura alegando que no quieren privarme a mí de ese placer de diseñar y construir mi propia obra de arte cada día.

Así que ya saben ustedes, cuando les de pereza realizar alguna tarea doméstica parecida piensen que están haciendo arte y disfruten de su creatividad, que quien sabe si el año que viene me verán a mí allí fregando los platos o algo parecido… Eso sí, con mucho arte.

¡Ay Señor… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

lunes, 11 de febrero de 2008

SEÑOR MINISTRO: ¡NO ME TOQUE LAS... "CAMPANAS"!


¡Ay, Señor… Lo que hay que oír…!

Bueno, no piensen ustedes que me he equivocado y que ya no hay artículo, pero es que lo de hoy es tan… ¿? Es que ya no sé como calificarlo, como dicen las niñas pijas: “¡Qué fuerte!”

Y es que este Gobierno nuestro de cada día parece que está jugando al ¿Cómo voy a sorprender hoy al personal? Y discurre, ¡uhhhhh, que si discurre! Y esas ocurrencias son, a veces, de lo más ocurrentes (valga la redundancia, que se dice) o eso es lo que se creen ellos, claro. Piensan como hombres, y se quedan tan panchos y tan anchos después de decir las gili…s que dicen.

Sólo a un “señor” ministro de Sanidad se le ocurre clasificar a las mujeres, físicamente hablando, en tres tipos según su constitución. A saber: “Campana, cilindro y diábolo”. ¡Hale, y ahí queda eso! Palabra de ministro, que no es palabra de Dios, pero para el caso, como si lo fuera.

Miren ustedes, yo estoy que no quepo en mí, no sé si es por la incredulidad que siento después de haber escuchado semejante ¿desvarío? O por la consternación que me produce el saber que realmente la noticia es cierta.

Por otra parte, la angustia me corroe sólo de pensar que dentro de poco va a empezar la primavera y que una va a tener que ir a comprar ropa. Si ya antes de “esto” era un suplicio ir a buscar las prendas en la sección de tallas grandes, porque hoy día, a cualquier cosa llaman tallas grandes en las tiendas. Veamos, tu entras en el local y empiezas a mirar ropa, y revuelves y compruebas los tamaños.., y entonces viene una señorita y te dice muy amablemente pero con cara de sorna: “Perdone, señora, la sección de tallas grandes está allí”, señala con el dedo acusador el último rincón del establecimiento; escondido al fondo junto a los probadores, se apiña un grupo de prendas, como si estuvieran marginadas, oye, como si fueran de segunda categoría o algo parecido y no te queda más remedio que ir, cabizbaja, a la susodicha sección o marchar, indignada, sin nada y pensando, “ésta se va a enterar, mañana mismo me pongo a régimen y dentro de un mes vuelvo y me compro toda la ropa que me de la gana sin tener que ir a las tallas grandes”. Una estupidez, por supuesto, porque aunque lo consigas, esa señorita no se va a acordar para nada de ti por mucho que tu te empeñes en decirle que antes usabas una talla enorme, pero que ya no. Ya ves lo que le va a importar a ella el asunto.

Pues les decía a ustedes, que si antes era un suplicio, ahora ¿qué va a serrrr? Un martirio chino, por lo menos. Porque, vamos a ver las opciones: Las prendas estarán diseminadas por la estancia en tres grupos distintos. O sea, uno pondrá campana, otro cilindro y otro diábolo. Y digo yo, después también habrá otra parte que ponga “tallas grandes de campana, o de cilindro, o de diábolo”. Porque hay campanas, campanonas y campanitas, ¿o no? Y con los cilindros y los diábolos pasa lo mismo. Y encima, antes de ir a comprar hay que saber a qué categoría pertenece una menda, qué menos, oye, que saber si repicas, ruedas o giras.

¡Uhhh, vaya lío! Mire, señor ministro, yo si fuera usted me replantearía la cuestión porque sepa que tiene a todo el mundo en contra, las mujeres aquí, en este país nuestro y gracias a las ocurrencias de a saber quién, estamos hartas de tanto machismo, si antes se nos consideraba a veces como “mujer objeto” en muchas situaciones, fíjese ahora con semejantes calificativos. Las dependientas de las tiendas van a acordarse a menudo y malamente de quien inventó esa idea disparatada, y las gorditas o sea las “campanas” imagínese usted lo que van a pensar y a decir…

¿Qué pasaría por ejemplo si nosotras les clasificáramos a ustedes, los hombres, según el tamaño en badajo, botellín y peonzo, por ejemplo? Les gustaría eso, eh, señores; pues ya saben: “o aquí jugamos todos o rompemos la baraja”.

Campana, cilindro y diábolo… Y en sus casas, señores pensantes del Ministerio de Sanidad ¿Cómo se califican sus señoras esposas, hijas, madres…? Me encantaría saberlo, caballeros.

¡Ay… Señor… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

domingo, 3 de febrero de 2008

PREDICAR CON EL EJEMPLO

Empezaré este artículo diciendo que estoy cabreada, muy cabreada.

¿Quién tiene la culpa? Pues la culpa de mi enfado la tiene un cura de pueblo. No, no se crean ustedes que yo estoy enfadada con el párroco, no, no es eso.

Se trata de una noticia que oí antes en el telediario: En un pueblo español, no sé su nombre pero no importa, porque podría ser cualquier localidad de ésta, nuestra geografía.

La noticia es: “que a un hombre, un buen hombre seguramente, su párroco le prohibió llevar en la procesión a La Virgen de la Candelaria”. El motivo que alega el cura es que está separado y vive “en pecado” con otra mujer. El pobre señor tiene un disgusto impresionante porque lleva haciéndolo muchos años y es una de sus mayores ilusiones.

Y yo me pregunto: ¿Es justo esto? A mí me parece que no, la verdad. Quizá este parroquiano es un hombre honesto, que cree en Dios, que, incluso, a lo mejor va a misa los domingos, y ahora resulta que porque su matrimonio no ha funcionado y está viviendo con otra mujer sin casarse no puede sacar a pasear a su Virgen.

Me parece tremendo, me parece un abuso por parte del clero tomarse estas licencias, ¿acaso piensan de verdad, estos sacerdotes que todo lo llevan a rajatabla, que Dios o la misma Virgen se van a ofender?

Igual habría que recordarles a estos “religiosos caballeros” aquella famosa frase que dijo Jesús: “El que esté libre de pecado que tire la piedra”, porque a mí me encantaría comprobar cuantos representantes de la Iglesia estarían dispuestos a tirar la piedra sin miedo, o sea, con el total convencimiento de estar absolutamente libres de todo pecado.

Luego se quejan de que va poca gente a la iglesia, y menos que irá a este paso, porque más que la casa de Dios, yo diría que se está convirtiendo en la casa del cura, donde él hace y deshace lo que le da la gana, y donde cierra la puerta a quién considera que no merece entrar. Es decir, todo lo contrario de lo que en verdad debería hacer, vamos a ver, se supone que es la casa de todos los católicos, al menos, y que deberían atraer a las “ovejas descarriadas” no alejarlas, y comprender y consolar a los “pecadores”.

Y sin embargo, al que se desmanda un poquito lo rechazan, casi, casi, le dan le dan la excomunión; eso sí, a los ciudadanos corrientes y molientes, o sea a los del pueblo llano, porque cuando se trata de famosos: actores, deportistas, políticos o gente con influencias y con dinero estos “pecados” de estar separados, divorciados o vivir con otra persona sin haber pasado por la vicaría, a ésos, repito, no se les tiene en cuenta, no se les rechaza, ni se les dice que ellos “no merecen” o “no son dignos de”. Noooooo, a ellos les dedican sonrisas y parabienes y por supuesto todo lo que pidan, porque la Iglesia en esos casos es muy comprensiva y no pone pegas y concede nulidades a diestro y siniestro, para que se puedan volver a casar por el rito católico y no vivan en pecado, ¡faltaría más!, no importa que lleven un montón de años casados, ni que tengan hijos; mientras tengan dinero para pagar “las tasas” y hagan donativos, pues solo necesitan alegar cuatro tonterías y ¡hale hop!, nulidad concedida, matrimonio no válido “a los ojos de Dios”.

Menuda farsa que se están montando estos señores del clero, repartiendo injusticias y vendiendo falsedades, si se dedicaran a lo que debieran dedicarse, a entre otras cosas a la caridad cristiana y similares, otro gallo nos cantara a todos o, lo que es lo mismo, todos saldríamos ganando si ellos fueran los primeros en predicar con el ejemplo, y nunca mejor dicho.

Por todo eso y mucho más estoy cabreada hoy, porque cuando oí esa noticia y vi la cara del pobre hombre me dije a mí misma: ¡Ay, Señor… A veces… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa

jueves, 31 de enero de 2008

EL CUENTO DE LA LECHERA

Como pasa el tiempo. Ya estamos a las puertas de otra campaña electoral y en este, nuestro país de cada día, seguimos oyendo noticias de promesas que se quedarán en eso seguramente: en promesas.

Porque los políticos, ya se sabe, “donde dije digo, digo diego”. Ellos lanzan la noticia al aire como quién tira una piedra al agua, a ver como sienta y la reacción que provoca, y después, según los sondeos, pues hacen una especie de truco de magia y es como si la noticia no hubiera salido a la palestra o, disimuladamente, dicen que se ha interpretado mal, que ellos no querían decir eso, y se quedan tan frescos, dejando al personal, al pueblo llano, a los pobres mortales de a pie, o sea, a nosotros ¡“futuros votantes” señores ministros!, con dos palmos de narices y sintiéndonos un poquito imbéciles, vamos, cuestionándonos nuestras entendederas.

Hay veces que una duda, y hasta se convence a sí misma de que sí, de que entendió mal, pero luego, ¡quiá!, una lo comenta y pregunta, y entonces se da cuenta de que había entendido perfectamente, lo que pasa es que ahora a los mandamases parece que les dio un ataque de amnesia y no se acuerdan de lo que dijeron primero. Menos mal que ahí entran en el escenario los videos de las grabaciones y entonces, claro, solo les queda el recurso de decir: “que se ha interpretado mal el asunto”

A cuento de que viene toda esta palabrería mía, se preguntarán ustedes, pues esto viene a cuento, y nunca mejor dicho, de los famosos 400 euros que prometió “regalar” el PSOE a los españoles en la Declaración de la Renta si ganaba las elecciones.

Verán, yo, que a veces peco de ingenua, pues eché la imaginación a volar y ya estaba pensando en qué me iba a gastar los cuatrocientos eurazos de marras, había ya casi decidido emplearlos en algunas acciones o algo parecido, y para entonces, como la Bolsa, según ellos, los gobernantes, estaría por las nubes de lo bien que iría el país, gracias a ellos también, (faltaría más) pues seguramente que ganaría algo más de lo empleado y con los intereses podría comprar más acciones, y así hasta…

Pero, de la noche a la mañana, “mi gozo en un pozo”. Porque resulta que noooooooo, que no es así, que no es que me vayan a dar el dinero por las buenas, si no que lo que lo van a ir descontando mes a mes. O sea, que al final ni te enteras, y para más inri, tampoco esa “medida de gracia” es para todos, por lo pronto no son merecedores de semejante dádiva entre otros los autónomos; con eso ya han terminado de “matarme” porque mi “santo” es autónomo, es decir, que ya me puedo ir despidiendo totalmente de los dineros. ¡Adiós a las acciones y a los intereses y a todas mis ilusiones…!

Estos señores me han dejado compuesta y sin novio y no hay derecho, caray. Tengo un cabreo impresionante, estoy por quedarme embarazada aunque nada más sea para chorizarles los 2500 euros que me tendrían que pagar. No quieren taza, pues taza y media.

Con su pan se lo coman, oigan, que ya no les pienso votar, hale, por quedarse con el personal de esa manera.

Y ahora que lo pienso, realmente, no sé a quien votar porque los otros también prometen bajar los impuestos y yo es que ya no me fío de ninguno, porque como dice el refrán: “Gato escaldado, del agua fría huye”.

Hay que “fastidiarse” con estos políticos, luego viene la señora vicepresidenta y dice toda convencida que en Alemania le preguntan “cómo hacen en España para que la economía vaya tan bien”…

¡Ay, Señor… A veces lo que hay que oír…!

Emma Rosa

sábado, 12 de enero de 2008

PRESIDENTAS AL PODER


Ayer, cuando oí la noticia de que Hilary Clinton había ganado en las primarias de Estados Unidos y que podía empezar a soñar con llegar hasta la Casa Blanca, esta vez de titular ella, no como señora “de”o “presidenta consorte” como fue en el pasado, pues me quedé yo pensando: ¿Y si realmente ella llegara al poder y saliera elegida presidenta del país más poderoso de la Tierra? ¿Cambiaría algo en el mundo? Digo yo, que a lo mejor pasaría como en los juicios y sentaría una especie de precedente. Me refiero a que si sería un modelo para que otras mujeres se animaran y se lanzaran “a por todas” en estas cosas de la política, vaya, que no se limitaran a presentarse a cargos más asequibles, por decirlo de algún modo.
Bueno, ya sé que hay mujeres que sí se atrevieron, ahí está el caso de Francia que estuvo en un tris de ser gobernada por una señora. Lástima que no hubiera salido elegida finalmente. Y también sé que hay naciones en las que es una mujer la que lleva las riendas, por supuesto que las hay, pero se pueden contar con los dedos de la mano.
Yo diría que es una proporción muuuuy pequeñita, en relación con la representación masculina, y digo yo, que visto el panorama mundial que tenemos, cualquiera que lo mirara desde el exterior, o sea objetivamente, ups, tendría que ser un extraterrestre o algo así; bueno, pues suponiendo que se pudiera hacer, ese ser podría pensar: o bien que la población masculina es muchísimo más abundante que la femenina o que el género femenino es inferior y no está apto para cubrir semejantes puestos, salvo casos muy excepcionales.

Ninguna de las dos cosas son ciertas, ¿verdad?, ya que las mujeres estamos tan capacitadas o más que los hombres, no sólo para la política sino para muchas más actividades, menos mal que poco a poco vamos enseñando "la patita" y dejándonos ver, subiendo peldaños y ocupando cargos cada vez más importantes, claro que "eso también se lo debemos a ellos" porque son tan amables y tan caballeros que se han inventado hace tiempo una fórmula ¿será para tenernos contentas o para que les votemos? Dicen que es "un sistema de cuotas para aumentar la participación de las mujeres en la vida política". ¡Toma ya, con la frasecita! Y se habrán quedado tan felices. Oigannnn, señores pensantes de todos los Gobiernos que han suscrito semejante barbaridad: ¿Creen ustedes que somos vacas o algo así? Miren, es que a mí, eso de las cuotas me recuerda a lo de la leche, saben, de oírlo en los telediarios, que están hablando todos los días de subir y bajar las cuotas lácteas y claro, no puedo evitar las comparaciones. Porque, vamos a ver ¿por qué tienen que "reservar" unos cuantos puestos para las mujeres? No, no, y mil veces no, ni para unos ni para otras, los puestos están ahí para que los cubran "las personas" que mejor estén capacitadas para ello, y aquí no importa el sexo sino el seso.
Y volviendo al tema del principio, y suponiendo que Hilary Clinton saliera elegida presidenta, yo me digo: ¿Y si cundiera el ejemplo y en la mayoría de los países de éste, nuestro Planeta, llegaran a ser "ellas" las mandamases y no "ellos" como en la actualidad?
¿Creen ustedes que el mundo iría mejor o peor?
Recuerdo una vieja canción que decía: "Si las mujeres mandasen/en vez de mandar los hombres/serían balsas de aceite/ los pueblos y las naciones..."
Mmmm, no sé yo, pero me encantaría averiguarlo.
A lo mejor así, serían los caballeros y no nosotras los que se quejaran de sentirse marginados y dirían a menudo eso de: ¡Ay, Señor... Lo que hay que oír...!

Emma Rosa

lunes, 7 de enero de 2008

¡ADIÓS BELÉN, ADIÓS!


Con la llegada ayer de los Reyes Magos de Oriente se han acabado las fiestas navideñas. Todos, o casi todos, hemos acumulado algún que otro kilo de más en nuestros cuerpos serranos, que ya se sabe que en estos días han sido protagonistas las grandes comidas familiares y las sobremesas donde no faltan desde los dulces a los buenos vinos, cavas y licores.

Y ahora toca volver a la vida real, a la rutina, al trabajo o al estudio, y toca también recoger los adornos navideños: el arbolito con sus bolas y su espumillón y como no, el Belén o el Nacimiento como ustedes prefieran llamarlo, con sus figuritas, su pesebre, su río con su correspondiente puente, su castillo de Herodes…

Así es todos los años en la mayoría de las casas, una guarda amorosamente a la Virgen María y a San José y sobre todo al niño Jesús, ¡ay, a ver si se va a perder porque es tan pequeñito!, a la mula y al buey, y al ángel que al pobrecito ya se le está rompiendo las alas de tanto colgarle el hilo para que “vuele mejor”, y a las ovejitas y los patitos que nadan entre las lavanderas y al hombre haciendo caca escondido debajo del puente…

En fin, una se despide poco a poco de todos, entre suspiros, y como diciéndoles en silencio: ¡Hasta el año que viene!, con la seguridad de que nada cambiará esa tradición, que esa historia ya está escrita desde siempre, o al menos así nos la contaron y nos la cantaron desde pequeños.

Pero ahora resulta que no, que ya no va a ser así y que dicen los expertos que Jesús no nació en Belén sino en Nazaret, y que nada de ver la luz en un pesebre sino en casa de José, que como era carpintero todo lo más que habría alrededor de la cunita serían serruchos, martillos y demás instrumentos propios del oficio, o sea, que de animales (léase buey y mula) nada de nada. Tampoco hay ya pastores y consecuentemente ya no habrá ovejitas. Y yo me pregunto si al ser dentro del pueblo tendremos que olvidarnos también del río y en ese caso no hay lugar tampoco para el puente y con eso descartamos también a las lavanderas y a los patitos y con lo bonito que quedaban los camellos atravesando el puente pues ahora ya no vamos a saber ubicar a los Reyes; claro que, si es que saben venir, porque al parecer, la estrella principal (y nunca mejor dicho) tampoco va a brillar más, es decir que los Reyes a lo peor no saben encontrar el camino porque entre que les han cambiado la dirección y que ya no los va a guiar nadie desde el Cielo… Bueno, pero como también dicen ahora los entendidos que Herodes parece ser que ya no era tan malo como nos lo pintaron, pues igual él les dice la verdad a sus Majestades y los encamina bien y al final llegan a su destino…

Aysss, yo no sé ustedes, pero yo estoy realmente muy preocupada, si en las altas esferas, o sea en el Vaticano que es donde “montaron ahora este belén” (y nunca mejor dicho) tan extraño y tan diferente dicen que hay que cambiar todo el escenario, incluyendo a los personajes principales, yo me pregunto y ¿si cunde la idea? ¿Qué pasará con todas las figuritas que sobran? Y ¿los villancicos, también habrá que rehacerlos? Y ahora ¿qué historia sagrada le contarán a los niños en la catequesis?

En fin, se me ocurren más preguntas pero me temo que nadie va a saber contestarme.

Vaya, que no ganamos para disgustos, desde que cambiamos de Papa no dejan de sorprendernos desde Roma, primero nos quitaron el limbo y nos devolvieron el infierno, luego se habló de decir la misa en latín y ahora nos arman un lío con el Belén, mejor dicho el Nacimiento porque lo de Belén parece ser que ya es historia pasada.

Un lío, ¿no creen ustedes? Yo ya estoy temblando pensando en que será lo próximo que nos anuncie Benedicto XVI, ¡ay, hombre de Dios!, mire que ya se nos había pasado un poco el susto desde que usted nos avisó de tantos cambios y ahora nos monta, o más bien nos desmonta, el belén.

Pues ya no sé si es afán de protagonismo o que se aburre y se entretiene así elucubrando semejantes ideas, pero sinceramente espero que no cuaje esta historia porque yo, al menos, el año que viene y todos los venideros pienso seguir montando mi Belén como manda la tradición con todas las figuritas, animales, pastores, estrella, reyes, río, puente, castillo y todo lo que sea menester, si además tengo que añadir herramientas de carpintero pues se añaden pero de quitar al buey y a la mula, nanay, faltaría más.

Así que me despido de los adornos navideños con un ¡hasta el año que viene! Y el próximo 25 de Diciembre ya veremos como montan el Belén en el Vaticano que en mi casa ya sé yo como lo voy a hacer.

Una se esperaba unas Navidades tranquilas, sin grandes sobresaltos y ya ven ustedes como nos han sorprendido. ¡Ay, Señor… Lo que hay que oír…!

Emma Rosa