Estoy convencida de que muchas veces en la vida las cosas no suceden por casualidad. Es decir, que cuando esperamos inútilmente un resultado que deseamos, pero que no llega a producirse, es porque de alguna manera el destino nos está avisando, como si nos dijera: “mira, que luego te vas a arrepentir, piensa bien si esto es lo que quieres realmente, asegúrate antes”.
¿Por qué empiezo hoy ésta “artiopinión” (ya sé que esta palabra no existe, pero como me la acabo de inventar y el blog es mío, pues ahí se queda) de una manera tan filosófica? Pues tiene muy fácil explicación.
¿Se acuerdan de lo que escribí sobre mis quejas a Telefónica porque no acababan de venir a reinstalarme la línea y a ponerme el Imagenio de marras? Pues miren ustedes por dónde, ahora me alegro de que hubieran tardado tanto, ya que gracias a eso me dio tiempo a informarme bien de algo que no me habían dicho. Vamos, que ya no quiero el Imagenio, ni regalado. Resulta que el invento está bien, tiene muchos canales y todo eso, peroooooo…, tiene un defecto gordísimo: sólo envía una señal, o sea - por poner un ejemplo-, que si alguien en el salón está viendo el canal 22 y yo estoy en la cocina y quiero ver el canal 35, pues no puedo. No señor. Tengo que ver, por narices, el 22, o cualquiera de los seis, siete u ocho nacionales, que ésos por lo visto no cuentan, digo yo que será porque son los gratuitos, y claro ya se sabe que lo que es gratis o regalado es como si tuviera menos importancia que lo otro.
Se imaginan ustedes, menudo lío en casa. Habría poco menos que una guerra diaria. Me imagino a mi marido, que es un entusiasta de las películas de guerra y acción, atrincherado en el salón los fines de semana, con el mando agarrado como si de un salvavidas se tratara, y el resto de nosotros condenados a ver lo mismo, sabiendo, -y es otro ejemplo- que en el 35 hay una película estupenda y en el 48 están echando el concierto que quiere ver la niña.... Uhhhh, no lo quiero ni pensar, hubiera sido mucho peor que ahora; con Telecable no tenemos tantos canales pero al menos sí que se puede ver en cada televisor el que tu quieres.
En fin, que agradezco públicamente al “Destino” el favor que me ha hecho.
Y dicho esto, pues el tema ya queda zanjado, al menos de momento. Pero no quería terminar yo, hoy, con estas cuestiones un tanto aburridas, sino que quería hablar de otro invento recién inventado –perdón por la redundancia- (eso me lo enseñaron en el instituto cuando hacía bachiller, y nunca supe por qué había que pedir perdón por eso, pero me quedó la costumbre), bueno, les hablaba del nuevo invento de la comunidad científica y de las Farmaceúticas en general, que yo creo que es de ahí, de donde vienen los tiros: “La píldora anti-regla”.
A mí, tengo que decir sinceramente que me asusta muchísimo esta noticia. Pienso que “el periodo” (cuando yo era jovencita se decía así, era como más fino, una tontería más de aquellos tiempos) es tan natural en las hembras-mujeres, como el quedarse embarazada y tener hijos.
¡Vaya!, está claro que “esos días del mes” no son precisamente agradables ni placenteros. Dejémonos de milongas: ¡son un auténtico coñazo!, pero una se acostumbra, qué remedio; pero. de ahí, a querer suprimir todo el proceso de un plumazo, me parece un asunto muy delicado; peligroso, porque quién sabe que resultados a largo plazo puede tener; igual es una forma muy tonta de arriesgarse el físico, no sé, a mí me da miedo y repelús hasta pensar en ello, no vaya a pasar que sea mucho peor el remedio que la enfermedad, yo creo que en este caso es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. ¿O no?
Aysss, señores científicos, hoy me toca dedicarles a ustedes mi frase favorita: … A veces, lo que hay que oír…
Emma Rosa
6 comentarios:
Tienes razón, Emma. Para qué queremos tantos canales si ni de tiempo disponemos para ver tanto, y luego lo que tú dices: habría frustraciones y rabietas. Mejor dejarlo así.
Pues Emma, que te voy a decir, lo que yo hubiera dado por lo de la píldora esa que han inventao cuando me dedicaba, a montar en bicicleta, bañarme sin descanso en el Tajo, correr los metros lisos que hiciera falta, jugar a baloncensto o a lo que se terciara, bailar sin parar en las fiestas de los pueblos cercanos, correr los encierros, etc. etc.. etc.., ya el tampax me pareció el mejor invento del siglo (lo de los pañitos es una pesadilla de la que no quiero ni acordarme) así pues deciete que me parece un invento increible. Respecto a lo que pueda pasar, pues que te voy a decir que me quiten lo bailao. Bueno un beso y gracias por comentar estos temas tan próximos. Virginia
Estás logrando un blog encantador, Emma... Me alegro mogollón, de verdad, te mereces que te quede bien porque te lo curras.
Un besito
MªÁngeles Cantalapiedra
Es usted de lo más ameno y divertido y entretenido de leer que anda por la Red. (Y mire usted que yo ando mucho, por la Red digo)
Pues mira, yo no sé qué decirte tampoco en el tema, yo ando con historias de esas de pildoritas, de modo que puedo elegir cuando tengo o no la regla, y no sé qué es más cómodo...
Sí es verdad que te quita complicaciones no tenerla, pero te trae otras; y son también una pejiguera.
Sigue escribiendo y más a menudo, hija...
Pos , chica, que me dejas de piedra, con lo de Imagenio: ¡menuda publicidad les has hecho...!!! jejeje
Lo otro de risa : no se que van ha hacer mis nietas a mi me vaciaron , ni pildra , ni nada : zasscamplufff... y regla fuera.
Puse este enlaca en dos de mis blogs.
Lola Bertrand
Querida Emma... que placer ha sido la visita a este tu blog. Muy entretenido y a la vez, interesante.
Este articulo me ha parecido muy bueno, entre los que lei, por eso me dejo aqui el comentario.
Que coseches muchos exitos!
Besos..muack!
Ada
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